La resignación se apodera del casco antiguo de Badajoz
El movimiento asociativo no pasa por su mejor momento en el casco antiguo de Badajoz, debido a la resignación que producen “los incumplimientos de promesas y compromisos” para el barrio por parte de las administraciones, pese a lo cual vecinos se resisten a apagar esa llama en el objetivo de impulsar propuestas e iniciativas.
El presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Javier Fuentes, ha manifestado a la agencia Efe que se presentará a la reelección del cargo en los próximos meses, lo que no tenía previsto en un principio, debido a la ausencia de candidaturas a día de hoy.
El objetivo, según ha dicho, es poder “conformar un equipo grande, a ver si de esta forma unas personas animan a las otras, ante la desesperación actual debido al papel de las administraciones”.
Ante esta circunstancia ha reconocido que es difícil encontrar ciudadanos comprometidos debido “a la falta de promesas”, y a la tardanza respecto a las “pocas que se realizan”, como por ejemplo el Consorcio.
Por su parte, la Asociación SOS Casco Antiguo, uno de los colectivos más combativos y prepositivos de la ciudad, sorprendía a todos en verano de 2022 al anunciar que abandonaba su labor, decisión que su presidente, Luis Pacheco, reconoce que no fue tarea fácil, pero “el desgaste era mucho”.
“No puede ser que se esperen meses y meses para el arreglo de una plaza, de un edificio o de una fuente, que se supone son obligaciones urgentes de los gobernantes”, ha manifestado.
Pacheco ha reconocido la satisfacción de haberse impulsado iniciativas como las noches estivales de cine en el parque de la Legión, pero “siempre a base del esfuerzo de los ciudadanos, y en múltiples casos frente al muro de la poca apuesta de las administraciones”.
La “depresión” que vive el Casco Antiguo es hoy “evidente”, pues “falta vida, hay carencia de negocios, no hay dinamismo...”, ha lamentado Pacheco.
El presidente del Centro Comercial Abierto (CCA) Casco Antiguo, Emilio Vahí, ha manifestado a su vez que la situación es también similar en lo relativo al ámbito económico: “los pocos empresarios que quedan en la zona están muy desanimados, moralmente hundidos”.
Ello hace que cada vez “sea más difícil” lograr la participación empresarial precisa para impulsar actividades y a este respecto “en ocasiones hablas de cualquier actividad y en muchos casos ni contestan, cansados ya de que las administraciones no pongan de su parte”.
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