Nevado-Batalla está “bien puesto en la calle y cesado”, después de que el Tribunal Superior de Extremadura (TSJEx) haya sentenciado que es correcta la ley de la Asamblea de Extremadura que cerró el Consejo Consultivo regional, ha celebrado el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Valentín García.
Los jueces dicen que es válida que una ley de la Asamblea disolviera el Consejo mediante la derogación de una anterior que lo regulaba, y que no era necesario reformar el Estatuto de Autonomía como defendieron PP y Ciudadanos; el recurso que ha llevado adelante el ex presidente del Consejo Pedro Tomás Nevado-Batalla (PP) ha sido desestimado y además tendrá que pagar las costas.
Para el socialista García, Batalla “ha perdido definitivamente la batalla”, una lucha “política y personal, de lobistas contra la democracia”. Los jueces han decidido que “bien puesto en la calle y cesado estaba, la democracia ha ganado al ‘lobby’; a quienes habían hecho del Consejo su cortijo, y además el PP intentó enfrentar localidades usando como ariete más destacado al alcalde Fragoso que dijo que era una afrenta a Badajoz”.
Cambio de sillas
El PP había llevado al Consultivo “al desprestigio máximo, el presidente del Consejo y el consejero de Administración Pública en la Junta intercambiaron sus sillas, creían que el Consultivo era un órgano interno del PP y eso explica el dictamen respecto a las incompatibilidades de Clemente Checa, firmado por Nevado-Batalla, o cómo cambiaron el orden del debate en la moción de censura [que presentó Fernández Vara contra Monago] cuando la junta de portavoces ya lo había decidido”, sigue Valentín García.
PP y Ciudadanos “estaban equivocados, el PP quería un presidente y dictámenes a su dictado, Batalla quiso estar por encima de lo que deciden los extremeños, pero el TSJEx dice ahora que la voluntad expresada en las urnas están por encima de los ‘lobbys’ ”.
Nevado y otras personas “se constituyeron en ‘lobby’ contra la soberanía popular, y él se erigió en juez y parte cuando puso tres recursos, en dos de los cuales desistió, y además mandó una carta amenazante a la presidenta de la Asamblea advirtiéndole de lo que se arriesgaba si se disolvía el Consejo; el ilustre jurista que defendía su cargo, su sueldo y su coche”.