La ultraderecha sigue buscando el 'indulto' para el monumento franquista que preside la Plaza de América de Cáceres. Pero este martes Vox no ha conseguido sacar adelante una iniciativa que pretendía una declaración del Congreso a favor de la Cruz de los Caídos de la ciudad e instaba al Gobierno a que no se dirigiera a la Junta de Extremadura “conminando” a su retirada.
A favor de la propuesta, que se ha debatido en la Comisión Constitucional, se ha manifestado, además de Vox, el PP, mientras que Ciudadanos se ha abstenido y el resto de grupos ha votado en contra.
José María Sánchez, de Vox, ha expresado que no es “un monumento de odio y enfrentamiento de los españoles, sino de recuerdo de aquellos cacereños que lucharon por España en uno y otro bando, sin exaltación de los enfrentados”, un símbolo de concordia y un elemento fundamental para la comprensión de la historia de la ciudad.
Promover su retirada, ha continuado, se debe a la aplicación de la ley de Memoria Histórica “sin fundamento jurídico, ni político sí con perversión”. Además, ha insistido que hay “ciertos vínculos religiosos que han sido secularizados” por el Tribunal Constitucional y que la cruz tiene “valor civil, que no excluye el religioso”, además de ser centro de reunión para los cacereños.
Un monumento “democrático”
Jaime Mateu, del PP, ha recordado que se cambió la placa del monumento en 1984, que ahora es democrático y “no provoca la exaltación del franquismo, ya que solo es un símbolo religioso, sin constituir motivo de odio o enfrentamiento para los cacereños.
Mikel Legarda, del PNV, ha dicho que serán las autoridades de la ciudad las que determinen qué hacer con el monumento y ha apreciado que el asunto provoca controversia en la ciudad, mientras que el portavoz de Ciudadanos, Guillermo Díaz, ha abundado en esa idea y ha señalado que el alcalde ya ha manifestado que la corporación se hará cargo del asunto.
Desde Unidas Podemos, Enrique Santiago, ha insistido en que no se puede negar que hubo víctimas del franquismo, ni la represión y que esas cruces son una humillación. Santiago ha recordado a Vox que la ley no impone destruir los símbolos franquistas y que, si se quieren conservar, se lleven a espacios privados.
Una estrategia tóxica
Valentín García, del PSOE, ha acusado a Vox de desarrollar el frentismo y el populismo con una estrategia “tóxica” para Cáceres, donde el cambio de los nombres de las calles y la retirada de vestigios franquistas “siempre se ha hecho en paz”.
Tanto García como Santiago han contrapuesto esa actitud con Madrid, con la destrucción del memorial del cementerio de La Almudena o de las placas de Largo Caballero.
Asimismo, el diputado pacense ha precisado que no duda que el ayuntamiento de Cáceres cumplirá la ley “con diálogo”, aunque ahora centra su política en ayudar a los vecinos ante la crisis por la pandemia.
Traslado de la Cruz
El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha manifestado en varias ocasiones compromiso de trasladar la Cruz de los Caídos de la Plaza de América, pero no derribarla, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. El lugar elegido podría ser el cementerio de la ciudad.
Salaya también advierte de que hay “hay otros temas que nos ocupan mucho tiempo y esfuerzo”.