El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, considera que su antecesora en el cargo, Elena Navado (PP), es la responsable política de la instalación de “unas escaleras mecánicas donde no cabían”, en referencia a la calle Alzapiertas.
“Más allá de eso, si pedimos a los técnicos que desarrollen proyectos con unas condiciones muy concretas y tasadas, éstas acaban saliendo por la ley del embudo”, ha agregado.
Ha valorado el informe de la Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex), que estipula que la actual composición de la calle Alzapiernas, tras la instalación de las escaleras mecánicas, “empeora la accesibilidad que tenía la anterior disposición de la vía”.
El regidor explica que los técnicos municipales, que ya trabajan sobre el informe de la Otaex, “lo estudiarán y se responderá al mismo con matizaciones”. Ha subrayado que la prioridad es “escuchar a los técnicos y aplicar criterios objetivos y pensando en la accesibilidad”, informa la Agencia Efe.
También ha manifestado que tanto él como la edil de Comercio, María Ángeles Costa, se reunieron esta semana con los industriales de la zona y “avanzamos algunas cuestiones que este equipo de gobierno tiene claras, aunque todavía no tengamos definido ni calendarizado el orden de las actuaciones”. “Hay que hacer pequeñas intervenciones y vamos a intentar, por todos los medios, no tener que cortar la calle; como mucho, que sea un corte puntual”, ha agregado.
Ayudas económicas por las molestias
En cuanto a las ayudas a los industriales por las molestias ocasionadas, el alcalde ha señalado que “los servicios jurídicos estipulan que no hay herramientas para indemnizar a los hosteleros; no se indemnizan a los afectados de todas las obras públicas que hay en la ciudad”.
También ha señalado que el Ayuntamiento optará porque la reforma que se apruebe finalmente “cambie lo menos posible la fisonomía de la calle” para que no exista ningún problema con la financiación europea. “Nuestra intención es la de aportar cambios de mobiliario pero no de estructura”, ha reiterado. “Sería una intervención menor y los proyectos europeos son razonablemente flexibles, siempre y cuando se mantenga la filosofía inicial del proyecto”, ha concluido.