Ya estuvieran viendo ‘El ministerio del tiempo’, ‘La embajada’, o las risotadas de Bertín Osborne, la jornada televisiva se acabó para los 600 habitantes de Helechosa de los Montes de forma prematura a las once de la noche del lunes. Se fue la luz. A algunos del todo, a otros vecinos se les quedó en una fase, pero al final todos acabaron a oscuras.
El panadero se levantó de madrugada en vano, porque aunque los operarios de la compañía Iberdrola no tardaron mucho en llegar, no fueron capaces en toda la noche de arreglar la avería, producida en el transformador que da servicio exclusivamente a la localidad, situada en el fin de la línea.
En otras ocasiones, porque no es la primera, llevan un generador para dar servicio mientras tanto, pero esta vez “la avería era más importante de lo que creíamos”, explican oficialmente desde Iberdrola.
Para esta localidad perdida en los confines de entre la Siberia y los Montes, a 230 kilómetros de la capital provincial Badajoz, lo peor no sería que se acostaran antes de lo previsto, sino que llegó el día y seguían igual. El teléfono de atención al cliente informaba de una incidencia que se restablecería sobre las nueve de la mañana, pero como en la canción de Sabina, según canturrea algún vecino en las redes sociales, “nos dieron las ocho, las nueve y las diez…”, y hasta las once y media no regresó el suministro. Doce horas y media después.
Lo recuerdan bien en el hotel restaurante de la localidad. “Apenas pudimos dar los desayunos. No teníamos pan, hasta que lo trajeron de otro pueblo. La cafetera no funcionaba y claro, el café de puchero tarda mucho más. Una vergüenza por la clientela”, reprocha Josefa Gómez.
Los helados del Corpus, derretidos
Helechosa se había aprovisionado entre otras viandas, de helados, dado que este jueves se celebra la festividad del Corpus Christi, aunque el pueblo la festejará el próximo domingo. Deformados y derretidos tras más de doce horas, ahora toca rebuscar facturas y albaranes, y reclamar a la compañía eléctrica.
Cortes de este tipo, prolongados, dan derecho a reclamar por los perjuicios, siempre que sean demostrables, y es probable que la Junta de Extremadura abra a Iberdrola un expediente informativo o sancionador.
“Me siento engañado y por supuesto que quiero una explicación, me da lo mismo que sea un día como quince, esto no está bien”, protesta otro vecino, Eduardo, molesto por las pérdidas en su negocio de hostelería pero también por no haber tenido información precisa de la duración de la avería. “Mi pregunta es, ¿si yo cuando viene el recibo les digo pago a otra semana, pago a otra, pago a otra, pago a otra, ellos qué es lo que hacen? Está claro te cortan”.
Y ahora qué, plantea Juan Antonio Bermejo, ex alcalde de Helechosa. “Porque los servicios se han resentido. Médicos, educativos, municipales, de operaciones de banco, etc., y en bares, los dos supermercados, en el comercio y en los mismos domicilios... Nadie está exento de una avería pero, ¿tanto tiempo? Son cosas que pasan pero casi siempre a los mismos, al mundo rural”.
La carretera
Estos extremeños extremos, ubicados en el confín oriental lindando con Ciudad Real y Toledo, se sienten ciertamente abandonados en aspectos como la cobertura de la televisión y radio, y directamente olvidados en el mantenimiento de la carretera que une Helechosa con Bohonal y Villarta, dependiente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Está “totalmente impracticable, infernal”, llena de baches como un queso gruyere, añade Bermejo; una vía de comunicación por la que entre otras cosas circulan a diario las ambulancias que transportan los enfermos que van a rehabilitación o consultas a los hospitales de Talarrubias o Don Benito.
Una situación que se agrava pues también pasan todos los días camiones de gran tonelaje con maderas y residuos forestales, “y nadie hace nada”.
En octubre de 2014 un grupo de vecinos de los tres pueblos y sus alcaldes se desplazaron a Badajoz a manifestarse ante la Confederación Hidrográfica para quejarse y exponer la grave aituación, y tras ser recibidos por el presidente “con muy buenas palabritas y promesas, se ha visto que nada se ha avanzado y de lo prometido para hablar con Diputación y Junta de Extremadura, se desconoce”.
Nadie quiere hacerse cargo de la carretera, ha habido negociaciones entre Confederación, Diputación y Junta para hacerse cargo de ella pero “lógico, exigen que se les entregue en debidas condiciones”.
El estado de la calzada da mala imagen de la región pues conecta con Toledo, Ciudad Real y hasta Madrid, “por lo que el turismo, caza y pesca que nos entra por ella cada día es menor; empezaba a ser una solución económica y se ha vuelto un problema, ¿hasta cuándo?”.