Una vez consolidadas las poblaciones de linces, hay que empezar a conectarlas

La organización WWF ha asegurado que el futuro del lince ibérico (Lynx pardinus) pasará en buena medida por garantizar la conexión de las actuales poblaciones reproductoras de la especie que se distribuyen por la Península Ibérica.

El coordinador de los proyectos de grandes carnívoros en WWF, Ramón Pérez de Ayala, ha asegurado en una entrevista con Efe que, sin olvidar el trabajo con las poblaciones actuales, consolidadas con el desarrollo del programa 'Life+Iberlince', es necesario empezar a trabajar en favorecer la conectividad de poblaciones.

“El proyecto 'Life+Iberlince' ha ido mejor de lo que pensábamos porque en todos los lugares donde hemos reintroducido linces ha ido estupendamente y se superan ya las diez hembras reproductoras, que supone una progresión muy buena y nos obliga a centrarnos en trabajar en conectar poblaciones”, ha afirmado.

Ha añadido que “hemos conseguido unas poblaciones fuertes donde las hembras crían solas” y que el reto ahora es evitar que “a largo plazo la endogamia juegue en contra de la especie”, y eso que “se están soltando linces lo menos emparentados posibles”.

Pérez de Ayala ha reconocido que es “difícil” porque “en algunos casos existe mucha distancia entre poblaciones” y por eso la importancia del nuevo proyecto 'Life Lynx Connect', de tener pequeñas 'poblaciones puentes' entre los grandes núcleos reproductores conectadas a través de grandes corredores naturales.

“Ya sabemos cuáles son estos corredores naturales y este año debemos comenzar a determinar su idoneidad con la realización de censos de conejos que nos permita identificar los lugares claves que constituyan esos puntos intermedios”, ha añadido.

Conectividad

Con el anterior proyecto 'Life' se desarrollaron modelos de conectividad que “han explicado cosas que en campo nosotros no éramos capaces de saber porque sucedían” y ahora, a través de 'mapas de corriente', “conocemos por donde tienden a ir los animales y donde estaría el hábitat adecuado para que se pudieran asentarse, y ahora lo que debemos conocer es si tiene conejos o no” para crear nuevos núcleos de linces.

En estas 'poblaciones puentes', ha dicho, “o bien se podría favorecer su llegada natural o se reintroducirían inicialmente algunos ejemplares hasta conseguir, al menos, dos hembras reproductoras en la zona”.

La creación de 'poblaciones puentes' en esos corredores naturales no estaría exenta de riesgos por “el aumento de la mortalidad por atropellos, puesto que se estaría fomentando la movilidad de ejemplares de un lugar a otro”, ha reconocido.

“Si los animales se mueven más, de un sitio a otro, la probabilidad que estén en una carretera y tengan un atropello es mayor. Además, hay que tener en cuenta que cuando un animal está en su territorio conoce mejor la zona y tiende a usar más los pasos subterráneos, lo que hace más difícil que sufra un atropello, aunque también sucede y hay que tomar medidas para evitarlo”, ha reseñado.

Ha recordado que en septiembre del pasado año, en un congreso que reunió a expertos que llevan años trabajando con el lince ibérico, se puso de manifiesto que si se sigue actuando como hasta ahora se podría alcanzar este objetivo en torno al 2040.

Para ello, ha finalizado, haría falta que en la Península Ibérica se llegaran a tener 750 hembras reproductoras, que supondría contar con 2.500-3.000 ejemplares, cuando actualmente sólo se tienen 135 reproductoras y unos 800 ejemplares en libertad.