Hace dos mil quinientos años, más o menos, Eurípides, escribió un terrible drama sobre el desamor. Una mujer, poderosa, se enamora ciegamente y luego, humillada, se venga del amor perdido con una herida infernal matando a sus propios hijos.
Se llamaba Medea, la hechicera.
Ese mito del teatro universal ha fascinado a autores tan diversos como Séneca, Pasolini, Virgilio, Unamuno o Apolonio de Rodas. Y a su vez, ese personaje teatral, de apariencia tan terrenal que parece humano., lleva un siglo rondando un escenario mágico: el Teatro Romano de Mérida.
Esta noche vuelve, bajo la piel de Ana Belén, con textos de Molina Foix y un director como José Carlos Plaza que ya conoce hasta el nombre de las piedras que sujetan las columnas del imponente teatro.
La nueva Medea de Ana Belén es el pórtico de entrada de la 61 edición del Festival de Mérida que abre sus puertas durante el largo y cálido verano extremeño.
Las grandes hechiceras
Cuando Ana Belén llore con llanto de Medea (del 1 al 5 de julio) sus lágrimas recordarán a otras tantas Medeas que ya sufrieron similar delirio. En la historia del Festival de Mérida, a lo largo de este siglo, no hay personaje más representado que el de la cruel hechicera.
Julia Trujillo, Manuela Vargas, Blanca Portillo, María Luis Borruel… han sido algunas de las actrices que han dado vida a la amante de Jason. También Monserrat Caballé hizo la ópera de Cherubini en 1989 en el mayor montaje que se recuerda en el Teatro Romano en los tiempos modernos con más de 400 participantes y un Carreras que reaparecía tras su enfermedad en el papel de Jason.
Pero las grandes e inolvidables Medeas que enamoraron Mérida han sido, hasta ahora, Nuria Espert y la Xirgu.
La Medea de Margarita Xirgu (1933) excede ampliamente la crónica teatral. Su representación fue la primera que se llevó a cabo en ese teatro tras su restauración y su presencia, junto a la de las primeras autoridades republicanas marcaba el claro objetivo de un teatro popular, el mismo sueño que embargaba a muchos de sus colegas de la época como Cipriano Rivas, Lorca, Alberti…
Luego, llegó Nuria Espert. Hasta en cinco ocasiones se metió Espert en la piel de Medea en Mérida y no tiene reparos en confesar que en cada ocasión aprende y expresa una nueva faceta del mito griego.
Ana Belén va a pisar por tanto un camino lleno de de argonautas y lágrimas de Medea.
“Medea llega a nosotros como un mito. El mito del desequilibrio. En Medea se rompe el equilibrio que los valores occidentales plantean entre el mundo femenino y el masculino”, señala el director de este montaje José Carlos Plaza.
Nueve espectáculos
En este ocasión, Ana Belén estará acompañada en escena por Adolfo Fernández en el papel de Jasón, Consuelo Trujillo en el de la nodriza, Luis Rallo como preceptor y ayo, Poika Matute como Creonte, Alberto Berzal y Olga Rodríguez como corifeos, Leticia Etala como Creusa y Horacio Colomé como Jasón joven. A ellos se suman doce figurantes, entre ellos dos niños que interpretan a los hijos de Medea, las víctimas inocentes de su venganza.
Con esta Medea que estará en cartel hasta el próximo domingo se abre la 61 edición del Festival de Mérida, la cuarta que dirige de forma consecutiva Jesús Cimarro, y que hasta el 27 de agosto, programa nueve grandes espectáculos teatrales en el Teatro Romano de Mérida, seis de ellos estrenos absolutos, y la IV Gala de los Premios Ceres de Teatro, así como numerosas actividades paralelas entre exposiciones, cine, pasacalles, conferencias y teatro amateur en diferentes espacios arqueológicos y monumentales de la capital extremeña.