El Teatro Romano de Mérida limitará el volumen de sus conciertos a partir de ahora

Teresa Chaparro

6 de junio de 2022 21:17 h

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La Comisión Ejecutiva del Consorcio de la Ciudad Monumental, Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida ha aprobado este lunes una adecuación del reglamento de usos del Teatro Romano para la celebración de conciertos, a partir de los datos del estudio de impacto acústico realizado en el monumento, y que solicitó a principios de año el Ministerio de Cultura para conocer la salud del monumento.

Así, tras años realizando conciertos en el Teatro Romano, a partir de ahora estos tendrán un rigoroso control de potencia e iluminación, algo que no se hacía hasta el momento. El motivo no es otro que las conclusiones del citado informe que el Ministerio solicitaba el pasado mes de enero.

Hasta ahora, existía un reglamento pero no para la celebración de conciertos por lo que se ha ampliado este para que estos puedan llevarse a cabo con la protección y seguridad necesarias.

La adecuación de este reglamento de usos incluye aspectos como la obligación por parte del promotor solicitante de elaborar un plan detallado con las principales características del concierto y el compromiso de la implantación de un sistema de sonorización con arreglo a los datos que ha proporcionado el estudio de impacto acústico y que garantizan la protección del monumento.

Así y según el resultado del estudio realizado, “la presión sonora a 100 dB sin ponderar, utilizando un arreglo cardioide y desolidarizando los elementos vibrátiles mediante silentbloks de apoyo de al menos 30 milímetros de espesor, no produce vibraciones significativas en el frente escénico”.

Por otra parte, se regula también la capacidad de carga para la instalación del puente de contra y focos que no podrá superar los 1.200 kilogramos. 

El Consorcio de Mérida dispone de normas generales reguladoras de la utilización de los espacios monumentales que gestiona, pero a la vista del incremento de conciertos que se ha producido en los últimos años, se considera aconsejable aprobar una norma específica para estos eventos que se celebran en el Teatro Romano.

Se trata de adaptar la normativa general a las características de los mismos, todo ello bajo el principio de compatibilizar el uso de los monumentos con su protección, sin menoscabo de su conservación y de su imagen.

Seis informes técnicos y un informe de impacto acústico

En la Comisión Ejecutiva del CCMM celebrada el pasado 17 de enero se acordó la realización de un análisis sobre las consideraciones técnicas y normativas a tener en cuenta ante la celebración de conciertos en el Teatro Romano.

Y se consideró primordial la necesidad de un estudio de impacto acústico en el teatro vinculado a la celebración de dichos conciertos.

En este sentido, el CCMM encargó a varias empresas especializadas la realización de seis informes técnicos que han sido elaborados durante los meses de febrero a abril.

Los informes han tenido carácter multidisciplinar con el objetivo de garantizar la seguridad del Teatro Romano de Mérida, en los que han participado arqueólogos y restauradores de la institución, además de arquitectos, arquitectos técnicos, geólogos e ingenieros de telecomunicaciones contratados por el CCMM para tal efecto con un coste de más de 25.000 euros.

El estudio ha tenido en cuenta, como eje principal, la comprobación de las vibraciones y aceleraciones que se producen, fundamentalmente en el frente escénico en relación a la realización de conciertos, y que han sido analizadas tanto a nivel de estructura como de piezas.

A su vez, dichas vibraciones y aceleraciones se han correlacionado con la estabilidad del monumento.

Durante el estudio se han realizado señales de excitación correspondientes a los siguientes sonidos de caracterización: ruido tosa, “M noise” o música habitual en un concierto.

El estudio sobre impacto acústico y de cargas en el Teatro Romano de Mérida ha sido analizados este lunes en la Comisión Ejecutiva del CCMM, en la que “se ha determinado de manera concluyente la carga del puente de contra (para la iluminación) y los niveles de presión sonora que resultan seguros para el monumento en el desarrollo de cualquier evento”.