Cuatro años después, Badajoz sigue sin ponerle calle a Humberto Delgado
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) ha repudiado que el Ayuntamiento de Badajoz no haya inaugurado aún la plaza o avenida aprobada en honor al general portugués Humberto Delgado y su secretaria Arajaryr Campos, y propone un espacio en la zona de la plaza Conquistadores.
A iniciativa de ese colectivo se aprobó el reconocimiento por unanimidad de las formaciones políticas en un pleno municipal de abril de 2016.
El general de la fuerza aérea portuguesa Humberto Delgado y la brasileña Arajaryr Campos fueron asesinados por agentes de la dictadura salazarista en Olivenza el 13 de febrero de 1965, hace 55 años; mediante un engaño de la policía política lusa de Salazar, fueron apresados en Badajoz, luego asesinados en Olivenza y finalmente enterrados en la cercana Villanueva del Fresno, donde dos meses después se descubrieron sus cadáveres.
Armhex recuerda que durante los últimos cuatro años “han sido varios y sucesivos los escritos presentados por registro por esta asociación para pedir que se cumpla dicho acuerdo plenario”.
Sin respuesta
El objetivo es que se asigne en el callejero de la capital pacense una plaza o avenida en honor a los homenajeados, pero el Consistorio “no ha ofrecido respuesta alguna hasta la fecha”.
Por este motivo, la asociación reitera que se asigne un espacio público “sin más dilaciones” para “dar cumplimiento” a la moción aprobada en el pleno municipal pacense.
A estos efectos, la entidad ha sugerido que pase a denominarse plaza Humberto Delgado y Arajaryr Campos la plaza-parque, actualmente sin nombre, ubicada en la parte superior del nuevo aparcamiento de la Plaza de Conquistadores.
“Esta propuesta cuenta además con el beneplácito de la familia Delgado, con quien esta asociación mantiene permanente contacto”.
El colectivo ha destacado que se trata “de un lugar público céntrico y digno, acorde con la relevancia simbólica de los homenajeados, como recuerdo y memoria perenne de ambos en la ciudad, urbe que ha tenido y tiene especiales relaciones con Portugal”.
Llaman “a la sensibilidad y a la memoria democrática de la ciudad, y de los pueblos ibéricos, como símbolo de hermanamiento con el pueblo luso”.
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