Bioindustria, renovables y turismo de experiencias, claves para la transformación de la región

Instituciones, empresarios y emprendedores han coincidido este miércoles en Badajoz, con motivo del Foro de Emprendimiento Social, que la economía social debe ser uno de los pilares que ayuden a la transformación de Extremadura, con proyectos que contribuyan al mismo tiempo a cambiar el mundo.

El encuentro, que forma parte del denominado proyecto EFES, se ha trasladado el potencial que tienen tanto Extremadura como las regiones fronterizas portuguesas en ámbitos como la bioindustria, las energías limpias, el turismo de experiencias, la tecnología aplicada a ámbitos como la salud o la construcción a través de sistemas eficientes.

EFES es un programa para el fomento e impulso del emprendimiento y la economía social con impacto en la región Euroace, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa INTERREG V-A ESPAÑA - PORTUGAL (POCTEP) 2014-2020.

Los retos de Extremadura

El consejero extremeño de Economía, Ciencia y Agenda Digital, Rafael España, ha expresado que la comunidad afronta en la actualidad retos sociales, medioambientales y tecnológicos en los que la ayuda del emprendimiento social debe ser fundamental.

En esta estrategia el consejero considera clave ir de la mano de las regiones fronterizas portuguesas, en la lucha por ejemplo contra la despoblación o en el impulso de la digitalización.

Rafael España ha citado entre los ámbitos donde a Extremadura se le presentan grandes oportunidades la denominada “economía plateada”, “verde y circular” o la digitalización en sectores como el agrario o el sanitario.

En este último caso, la emprendedora extremeña Fátima Mulero, creadora de la iniciativa auTICmo, ha destacado las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías en ámbitos como por ejemplo el abordaje del autismo.

Mulero, que ha alcanzado con auTICmo el éxito a nivel nacional e internacional tras intentarlo previamente con otros dos proyectos que no corrieron la misma suerte, cree que “quien la sigue la consigue” y por este motivo ha invitado a los jóvenes a no desfallecer en sus ideas empresariales.

La emprendedora extremeña, que ha sido incluida en la lista Forbes de las 30 personas con menos de 30 años más influyentes de Europa, desarrolla por ejemplo innovadores cursos de formación en trastorno del espectro autista.

Otro de los jóvenes españoles que contribuye con sus proyectos empresariales a una sociedad mejor es Antonio Espinosa, cuya empresa (Auara) vende las primeras botellas de agua fabricadas con material reciclado en su totalidad, firma que además invierte el cien por ciento de sus dividendos en llevar agua potable a zonas del planeta que carecen de ella.

Espinosa ha expresado que en España aún no existe una definición específica de empresa social, por lo que no se constituye como una figura jurídica propia y no dispone de una legislación específica, lo que sí acontece en otros países.