Extremadura pondrá en marcha en en breve un nuevo plan de empleo juvenil con el que abordar las elevadas tasas de desempleo, que alcanzan el 50 por ciento entre la juventud de la región. El objetivo es mejorar en dos años las posibilidades de lograr un empleo de unas 28.000 personas.
Así lo ha adelantado el director del Instituto de la Juventud, Felipe González, en comisión parlamentaria. Allí reconoció que los datos son “negativos y malos” pero que se trabaja para mejorar la situación, en concreto con medidas como un este plan.
La nueva estrategia busca “converger” con la situación nacional y europea. Para esto se impulsarán acciones de formación en cuestiones como las nuevas tecnologías y se avanzará en el asesoramiento laboral, explicó en la Comisión de Cultura, Mujer, Juventud, Cooperación al Desarrollo, Comunicación y Relaciones Informativas de la Asamblea.
También se elabora para que los jóvenes ya formados y que han emigrado a otras regiones o al extranjero vuelvan a Extremadura.
El diputado del PP Luis Francisco Sánchez Álvarez trasladó que la región supera notablemente los índices medios de desempleo juvenil del conjunto del país y de la UE ya que, por ejemplo, hay un 50 por ciento de jóvenes que no trabajan y que, además, el 23 por ciento ni estudia ni trabaja, lo que ha achacado a las malas políticas que practica el Gobierno regional.
Por el contrario defendió que el Gobierno de Rajoy ha conseguido que se creen 1,5 millones de puestos de trabajo merced a la reforma laboral.
Frente a estas afirmaciones el responsable del Instituto de la Juventud abogó por la derogación de la reforma laboral por sus efectos perniciosos para el empleo. También reclamó ayuda a todos los partidos políticos extremeños para exigir al Gobierno central que apoye a la región ya que este problema “atañe a todos”.
Los últimos datos del Observatorio de Emancipación Joven, que dio a conocer el Consejo de la Juventud (no confundir con el Instituto de la Juventud) indican que la situación de los jóvenes extremeños empeoró en 2016. En el primer semestre de 2016, la región registró la mayor fuga de menores de 30 años de los últimos siete años. El informe apunta a 1.900 personas menos de entre 16 y 29 años. La mayor parte de esta pérdida, en torno al 95%, es debida a la emigración juvenil.
Los datos del último observatorio muestran que la tasa de paro juvenil extremeña se mantiene en un 42%, en un mercado que se caracteriza por la presencia de empleos precarios y temporales (en más del 90 por ciento de los casos).
Algo que obliga a los menores de 30 años a convivir con sus padres, presentando Extremadura la segunda tasa de emancipación más baja del país (16%), solo por delante de Navarra.
Otra consecuencia de la progresiva despoblación juvenil es el descenso también del número de personas jóvenes activas, las cuales han disminuido en 5.300 en el último semestre. Más de la mitad de ellas han pasado a ser inactivas, siendo la causa principal de la inactividad cursar estudios, aunque el número de jóvenes estudiantes también ha descendido.