El Parlamento europeo revisa la red europea de transportes, que sigue creyendo en Madrid-Lisboa para 2030

El Parlamento Europeo ha aprobado las nuevas directrices para culminar en 2050 la red transeuropea de transporte (RTE-T), que incluye entre otros proyectos ferroviarios la línea de alta velocidad Lisboa-Madrid para 2030 así como carreteras, puentes y túneles transfronterizos y abarca a los corredores Mediterráneo y Atlántico.

Los plazos son 2030 para la red básica (en España corredores atlántico como el extremeño, y mediterráneo), 2040 para la básica ampliada, y 2050 para tener todo listo, año en que estaría también el ferrocarril Plasencia-Salamanca Ruta de la Plata si el estudio de viabilidad es favorable.

El pleno de la Eurocámara aprobó el acuerdo provisional alcanzado entre Parlamento y Consejo de la UE por 565 votos a favor, 37 en contra y 29 abstenciones, y será oficial cuando el Consejo lo publique.

Los proyectos actuales de la RTE-T incluyen, entre otros, la línea ferroviaria de alta velocidad Lisboa-Madrid, el ferrocarril Báltico, que conecta Helsinki y Varsovia, y el túnel base de Brenner, entre Austria e Italia.

Entre las novedades está facilitar la circulación de trenes de mercancías de longitud mínima de 740 metros, que esos convoyes en trámites de frontera no estén más de 25 minutos, y la invitación a España y Portugal para que vayan cambiando sus anchos de vía desde el ibérico hasta el estándar o internacional UCI (más estrecho) tras los oportunos estudios de viabilidad económica y de utilidad.

Asimismo las nuevas directivas congelan los planes para conectar la red europea con Rusia o Bielorrusia, a la vez que agilizan las conexiones internas en Europa del Este, todo ello con fines estratégicos militares y de soberanía.

La negociadora jefa del texto en la Eurocámara, la española Isabel García Muñoz (PSOE), subrayó en un comunicado que las directrices adoptadas aportarán “una mejora de la conectividad entre territorios y personas, haciéndola más sostenible y de más calidad, y promoviendo el crecimiento y el empleo en toda Europa”.

El objetivo es que los principales proyectos de la red básica de la RTE-T estén finalizados “antes de que termine 2030, a fin de contar con un despliegue de infraestructura amplio para finales de 2050”, indicó en Parlamento Europeo en un comunicado en el que agregó que “para acelerar los plazos, se introduce una fecha objetivo intermedia, 2040”.

Las directrices contemplan que el Corredor Mediterráneo recupere su longitud máxima, llegando hasta la frontera con Ucrania, de forma que sería el único corredor que recorra Europa de oeste a este por completo.

“También hemos incorporado los enlaces de Zaragoza-Tardienta y Zaragoza-Lleida-Tarragona al Corredor Mediterráneo de mercancías, y los enlaces de Santiago-Ourense en el Corredor Atlántico de pasajeros y el Santiago-Vigo-Ourense en el Corredor Atlántico de mercancías”, señaló García Muñoz.

El texto aprobado también prevé que los trenes de pasajeros que circulen por la red básica lo hagan a una velocidad mínima de 160 kilómetros por hora y los de mercancías de 100 kilómetros por hora en 2030.