Hace poco más de tres años Miguel Ángel Morales (Cedillo, 1963) se batió en uno de los congresos provinciales del PSOE cacereño con más candidatos que se recuerdan. Fueron hasta cuatro los que pretendían sustituir la huella de los antiguos dirigentes, en una renovación generacional que finalmente se resolvió entre él y el diputado de la Asamblea César Ramos.
Desde aquel abril de 2012, la provincia parece haberse ‘pacificado’, la figura de este abogado de 52 años ha ganado cuotas de poder, y el partido acaba de recuperar el gobierno de la Diputación provincial; en un gesto inédito Morales ha renunciado a la presidencia de la Asamblea de Extremadura, para aupar en ella a una mujer, Blanca Martín, en una paridad y renovación que también se refleja en la nueva presidenta de la institución provincial, Rosario Cordero.
Ofrecemos hoy a los lectores de eldiarioex la primera parte de una entrevista (la segunda, mañana), en la que repasamos lo sucedido en los últimos cuatro años, desde la dolorosa derrota de Fernández Vara frente a Monago en 2011, al rutilante mitin preelectoral ofrecido por Pedro Sánchez en la plaza de toros cacereña, pasando por conflictos como el de la agrupación de Plasencia, las enseñanzas de las derrotas y la llegada de Podemos, sus cuatro años de portavoz en la oposición de la Diputación, o el apoyo que Morales, entre otros, dio en las primarias de la secretaría general del PSOE a Eduardo Madina.
-Han pasado ya tres años desde que ascendió a la secretario general
-Un grupo de alcaldes y alcaldesas me animaron, queríamos romper la dinámica de tanto tiempo, dos o tres agrupaciones y varias familias controlaban el entramado del partido, y pretendíamos abrirlo con una renovación profunda acorde a los nuevos tiempos, en connivencia con Guillermo [Fernández Vara]; tres años después hemos conseguido más de lo que pensábamos. Hemos renovado las candidaturas a la Asamblea, a la Diputación, tenemos muchísimas candidatos y candidatas nuevas, y la imagen del partido no tiene nada que ver con la de entonces
-Habrá sido difícil
-Lo ha sido por los intereses personales, había gente que llevaba 15-25 años en la Asamblea, y cuando dices que no puede ser tanto tiempo, y propones gente nueva hay choques. Hay gente con un sentido muy patrimonialista del partido y esto debe ser transitorio, no me planteo que yo esté más de ocho años al frente del partido; tengo 52 años, optaré a reelección si los compañeros quieren, y si no, hay otros, sobre todo gente joven muy capacitada. No es un proyecto personal, sino de un equipo y una forma de entender el partido.
-Uno de los momentos más duros fue la disolución y refundación de la agrupación de Plasencia
-Fue muy duro, sufrimos mucho porque la inmensa mayoría de los compañeros no tenían culpa de nada. Eran los dirigentes de esas familias que hablábamos, pensaban que tenía que haber un equilibro de colocar cada uno y siempre una cuota fija. Cuando hablé con Vara entendimos que era lo mejor, en principio me opuse un poco porque había habido elecciones, y una nueva secretaria local que había roto algo los esquemas, pero el enconamiento siguió. Fue duro entonces y ha continuado siéndolo, he sufrido ataques personales, insultos. Luego las primarias, que eran urgentes, no nos dejaron usar otra fórmula que evitara la disputa, que se reprodujo enfrentando a sectores, y algunos buscaron un candidato contra la ejecutiva provincial y regional. Al final hemos aumentado un concejal, nos habría gustado más, quizá las primarias nos han quitado impulso.