Es una de las aves más conocidas por todos los extremeños. El cernícalo primilla convive con el hombre en pueblos y ciudades. Esta pequeña rapaz recorre silenciosa los centros históricos, se refugia en los tejados y en minúsculas cavidades de los monumentos.
Extremadura alberga una de las colonias más importantes de toda Europa. El cernícalo se ha convertido en un atractivo más para el turismo, de la mano de extranjeros interesados en contemplar una especie exótica para ellos.
Este emblema salvaje no pasa por los mejores momentos. El último censo de colonias reproductoras elaborado por la asociación conservacionista SEO/Birdlife, en colaboración con la Junta, muestra que en doce años la población se han reducido a la mitad en la Comunidad. Si en el censo de 2004 se contabilizaron 3.000 parejas, la cifra ha bajado hasta las 1.488 en 2018.
Las poblaciones han experimentado un descenso acentuado en todo el territorio extremeño, aunque la caída ha sido más acentuada en ciudades como Cáceres, donde la pérdida ha sido de hasta el 60 por ciento.
Una reducción tan severa, en un intervalo de tiempo tan corto, entraría dentro de los criterios de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza para considerar al cernícalo en peligro de extinción.
Así lo explica el delegado de la SEO en Extremadura, Marcelino Cardalliaguet, que apunta que en la actualidad está declarada como una especie sensible de alteración de su hábitat. Sostiene que en estos momentos sería posible incluirlo en la lista de especies en peligro de extinción en la región porque, de mantenerse la tendencia, podría desaparecer en tres décadas.
Los motivos del declive
El experto apunta a diferentes motivos, entre ellos la desaparición de sus hábitats tras la sustitución progresiva de los tejados y los espacios en los que habitaba. Los nuevos materiales utilizados en las viviendas y edificios tradicionales no dejan espacio para su nidificación. Al mismo tiempo los huecos han sido ocupados por otras especies como las palomas.
Es un ave esteparia, que se alimenta de grandes insectos y pequeños roedores, y su zona de alimentación ha experimentado grandes cambios. Los cultivos tradicionales cercanos a las ciudades se han ido transformando con la llegada de los regadíos y otros sistemas. También con el abandono progresivo del campo.
Hay otros problemas más difíciles de afrontar, como la contaminación de los terrenos y los suelos. Al alimentarse de animales en contacto con químicos y fertilizantes sufren patologías derivadas de una intoxicación. Es lo que se conoce como 'contaminación difusa', y el efecto es la reducción de la fertilidad de la especie y de las poblaciones.
Se suma un factor más que sobrepasa las fronteras. El cernícalo es un ave migratoria y cada inverno recorre miles de kilómetros hasta llegar al África subsahariana. En estos territorios se desconoce qué está ocurriendo con ellos.
Proyecto LIFE
Extremadura es una de las pocas regiones que cuenta con Zonas de Especial Conservación (ZEPA) en núcleos urbanos, la mayoría de ellas con el cernícalo primilla como protagonista. Destaca su conservación en los cascos urbanos los casos de Trujillo, Almendralejo, Saucedilla y Alburquerque.
La Comunidad es beneficiaria de un proyecto europeo centrado en su conservación, que se denomina 'Life Zepa Urban'. A prori es una buena noticia, aunque desde SEO/Birdlife advierten que no sólo hay que proteger los entornos urbanos, también sus zonas de alimentación. Es decir, que sólo conservando sus nidos no se garantiza la supervivencia de estas aves.
El cernícalo necesita alimentarse en un radio de 10 kilómetros, y en caso de no tener alimentos a su disposición en este margen para poder alimentar a sus pollos, termina por migrar a otros lugares.