El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan Integrado de Residuos de Extremadura (PIREX) 2023-2030, que elimina la instalación de macrovertederos en la región al limitar la capacidad de albergar residuos en estos espacios a 55.000 toneladas anuales. Se trata de una cifra lejana de las cerca de 300.000 toneladas del proyecto de macrovertedero de residuos industriales que la empresa 3RS Gestión MA Extremadura SL planteó la pasada legislatura en Salvatierra de los Barros y que recibió una gran rechazo social.
La portavoz del Ejecutivo, Victoria Bazaga, ha destacado que con el nuevo PIREX desaparece la opción de ubicar en Extremadura instalaciones de este tipo al fijarse una capacidad máxima de 55.000 toneladas por vertedero. Se trata, ha indicado, de “contar con una red de instalaciones de tratamiento de residuos adaptada a las necesidades de Extremadura” teniendo siempre presente la protección de la salud de las personas y del medio ambiente.
La portavoz ha precisado que, a la hora de instalar un vertedero en la región, se deberá tener en cuenta los planes urbanísticos y las ordenanzas municipales y, “obviamente”, no se podrán construir en zonas protegidas, en entornos naturales de especial valor ni en dehesas. Su ubicación, ha añadido, estará supeditada al correspondiente informe del Instituto Geológico y Minero de España.
El nuevo PIREX contempla la construcción de 12 nuevas plantas de compostaje de residuos orgánicos y vegetales, la fabricación de de combustibles derivados de los residuos, y la modernización de los ecoparques, con una inversión en este último caso de 115 millones de euros.
El propósito del Ejecutivo es incidir en la reducción de los residuos alimentarios y de los plásticos de un solo uso, así como lograr la implantación generalizada de la recogida de la quinta fracción, la de los residuos orgánicos, que se depositan en el contenedor marrón. En concreto, el plan analiza distintos tipos de residuos como los municipales, sanitarios, agrarios, de construcción y demolición, industriales, del sector agroalimentario, de las plantas de biomasa, procesados por la industria del reciclaje y residuos industriales peligrosos. Asimismo, los lodos de depuradoras, envases, plásticos, aparatos eléctricos y electrónicos, vehículos y neumáticos al final de su vida útil, aceites industriales usados, pilas y acumuladores.
Incluye varios anexos, entre ellos el que recoge un programa de prevención de residuos en la región entre 2023 y 2030 y el que detalla los criterios de ubicación de las nuevas instalaciones de tratamiento de residuos.