No tengo encuestas actualizadas sobre cuantas personas han escuchado hablar del TTIP, las últimas a las que he tenido acceso decían que siete de cada diez personas no han oído hablar nunca del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP por sus siglas en inglés) y sin embargo es un trato crucial en nuestras vidas. Lo nombran “Caballo de Troya”, “Tratado Vampiro” o “Constitución de las Multinacionales”.
Si hasta ahora los poderes financieros miraban con indiferencia el hambre en África, en Asía o en América Latina, ha llegado el momento de extender su mirada indiferente hacia Europa o Norteamérica. Se escudan en la perversidad del anonimato, las cuentas no les salen para hablar de crecimiento financiero, recuerden lo que nos decían en abril de 2012 desde el FMI
El impacto financiero del riesgo de “longevidad” del Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR por sus siglas en inglés), considera “esencial” permitir que la edad de jubilación aumente a la par de la longevidad esperada, algo que podría ser impuesto por los gobiernos o realizarse mediante la oferta de incentivos a los particulares para que posterguen su jubilación.
Y quiero subrayar la última frase, podría ser impuesto por los gobiernos o realizarse mediante la oferta de incentivos a los particulares , claramente... si no lo hacen los Estados, pueden hacerlo los Mercados.
Circula por internet un cálculo según el cual, con el 40% de las grandes fortunas mundiales podría pagarse la deuda generada por la ilusión especulativa de los bancos, y con eso volveríamos a estar donde estábamos ¿Y entonces, por que no lo hacen? Ustedes, clase media o media-baja como yo suponen que quedarse con el 60% de una gran fortuna continúa siendo una gran fortuna, pero no. Definitivamente creo que hay dos razas en el ser humano: Homo sapiens habet y homo sapiens est.
Estamos asistiendo a una lucha de poder, otra vez. El TTIP es un peligro para la democracia, los intereses de las corporaciones avasallan los derechos de la ciudadanía. Este tratado establece una cláusula llamada ISDS (del inglés investor-state dispute settlement) solución de conflictos inversor – estado, que viene a ser un sistema de arbitraje internacional de las diferencias entre los mercados y los estados. Este “tribunal de arbitraje” estará formado por tres componentes que ni siquiera son jueces, sino abogados sin formación para ser jueces y que serán elegidos por las corporaciones, pero su juicio será inapelable. Esta cláusula da la posibilidad de que una corporación pueda querellarse contra un estado por pérdidas reales o por supuestas pérdidas futuras; y lo hacen fuera de la jurisdicción de este estado y sin haber pasado por ellas en ningún momento, si este establece leyes que pongan freno a sus intereses comerciales, pero no sólo eso, puede suceder que un estado pueda verse obligado a pagar multas millonarias por subir el salario mínimo. Esta cláusula alcanza también a los gobiernos regionales y municipales.
No vivimos en un mundo perfecto, ahora mismo nuestra economía funciona al servicio del 1% de la población, mientras la riqueza de la mitad más pobre se ha reducido en un billón de dólares, un 38% desde el 2010. Las 62 personas más ricas del mundo han visto aumentar en más de 500.000 millones de dólares su riqueza, hasta alcanzar la cifra de 1,76 billones de dólares.
Por eso, quién nos gobierne no nos es indiferente, nuestra parcela de poder se hace mayor frente a los políticos (nos necesitan) que frente a los mercados (tienen 7 mil millones de personas a las que explotar), de modo que si se me permite, yo sugeriría un ejercicio de responsabilidad.