Vox pide en Mérida retirar la bandera LGTBI: “Si nos seguimos saltando la ley acabaremos viendo la de los pedófilos”
Vox arremete contra las personas LGTBI en Badajoz y Mérida. El concejal de extrema derecha en la capital extremeña, Francisco Piñol, ha exigido la retirada de la bandera multicolor de la fachada del ayuntamiento porque, a su juicio, no se cumple una sentencia del Tribunal Supremo “y lo que marca la Constitución”. “Si nos seguimos saltando la ley, lo siguiente que vamos a ver es la bandera de los pedófilos y vuestros hijos y mis nietos pueden estar metidos en eso”, ha dicho a los concejales socialistas del equipo de gobierno durante el pleno de este jueves.
Piñol, que tomó posesión de su acta de concejal jurando “por Dios y por la patria”, ha pedido que nadie “se alarme” de sus palabras y ha solicitado a la secretaria municipal un informe escrito sobre la aplicación de la ley de banderas.
Sin embargo, el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, ha explicado que el ayuntamiento cumple la ley porque la bandera no ocupa la fachada principal del edificio y, además, no se sustituyen las oficiales de Europa, España y Extremadura.
Además, ha cuestionado por qué ningún grupo político pone objeciones cuando en la fachada de colocan lonas del Festival Internacional de Teatro Clásico o los escudos de todas las cofradías de la ciudad con motivo de la Semana Santa. “El ayuntamiento colabora como institución con muchas iniciativas y se ponen con motivo de cualquier evento o como apoyo a cualquier reivindicación”, ha subrayado Rodríguez Osuna.
Iluminación del Ayuntamiento de Badajoz
En Badajoz Vox también ha pedido al alcalde, Ignacio Gragera, del PP, “la retirada inmediata de la iluminación con los colores que simbolizan al colectivo LGTBI de la fachada del Ayuntamiento” porque, según se recoge en una solicitud escrita, carecen de reconocimientolegal y, por lo tanto, “sólo pueden ser calificados de parciales y electoralistas, por lo que no representan a la mayoría de los ciudadanos, ni siquiera a todas las personas homosexuales, ya que muchas de ellas rechazan ser colectivizadas y utilizadas como arma política”.
El partido ultra lo califica como “simbología del lobby LGTBI” y manifiesta que esas asociaciones “reciben millones de euros públicos” y solo buscan ganar poder y recibir subvenciones “a costa del enfrentamiento social”.
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