'El pais del miedo', la película como director novel del experimentado productor pacense Francisco Espada, abrió anteayer en Badajoz la XXI edición del FIC (Festival Ibérico de Cine). Francisco Espada ha construido un buen guión desde la novela homónima de Isaac Rosa, un empeño nada fácil dada la complejidad de sugerencias que se amontonan en el monólogo interior del personaje principal de ese libro, un pacífico ciudadano enfrentado de modo inesperado a la violencia chantajista de un adolescente.
La película ha sido rodada íntegramente en Badajoz lo que la convierte en la segunda cinta española que merece esta definición después de la histórica 'La guerra empieza en Cuba', de Manuel Mur Oti, estrenada en 1955.
El filme, que se exhibió en la noche del miércoles en Badajoz y que comenzará su circuito comercial en el próximo otoño, deja claras cuáles son las preocupaciones como director cinematográfico de Francisco Espada, que no sólo ofrece su visión “del cobarde que todos llevamos dentro” sino que, junto a lo que ha venido consistiendo en el material de trabajo habitual de Isaac Rosa, se adentra en la denuncia de los mecanismos que llevan a las sociedades a la adopción de medidas autoritarias, si no es que claramente ilícitas, para el enfrentamiento de sus problemas.
Desde Málaga
'El país del miedo' se exhibió por primera vez en el pasado festival de Málaga, aunque Francisco Espada se mostró más intimidado ante los invitados que llenaban el patio de butacas del Teatro López de Ayala donde compareció junto con algunos de los principales actores del filme. Si en el libro, el adolescente provocador es un chaval, en el filme ha sido sustituido por una chica, la actriz Marina Recio, que expresa bien en los primeros planos toda la rabia que acumula su personaje. Otro debutante es Moisés Ortega en el papel del chico pacífico y tímido, que asiste desarmado y dolorido a la forma en que su problema de acoso estudiantil mina poco a poco la seguridad de su familia.
Francisco Espada ha filmado un Badajoz muy personal, tan parecido a otras muchas ciudades en sus homogéneos centros comerciales e interiores estándar y tan peculiar a la vez en los descampados y arquitecturas de sus zonas suburbiales. Cine perturbador sobre la violencia y las soluciones que el hombre de hoy está dando a la misma.