La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Mojar la oreja de Rajoy

Víctor Rodríguez Corbacho

Hace años, y en la infancia, la pelea estaba asegurada si alguien mojaba la oreja del adversario. También se producía ante la clara intención de hacerlo, de mojarle la oreja. El provocador se untaba un dedo de la mano con su saliva y tocaba con él, o lo intentaba, la oreja del adversario.

Pero a veces el reto a pelear con alguien era obra de terceros. Eran expertos en provocarlas, bien porque conocían cierta animadversión entre los previsibles adversarios, bien porque sabían cómo provocar enfrentamiento entre ellos sobre la base de infundios, calumnias, etc. A veces no caían en la trampa de terceros y la pelea no llegaba a término; otras veces, se daban cuenta del “engaño” una vez que se habían peleado.

Este dicho popular, “mojar la oreja”, ha sido utilizado por el presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, durante el almuerzo-mitin de Badajoz para enfrentar al PSOE con Podemos. Como antaño en los juegos, Rajoy hace de tercero. Y como aquellos terceros, eleva la voz para agrandar el supuesto agravio y el número de espectadores de la pelea. “Que sepan unos que otros les están mojando ya la oreja”, exclama Rajoy, con la intención de que la pelea cunda por las tierras de España entre socialistas y podemitas.

Puede que las bases de sendos partidos no caigan en la trampa de Rajoy, o puede que sí. O puede que una parte sí y la otra no, y ya sabemos del dicho: “dos no riñen si uno no quiere”. Lo cierto es que el daño social está hecho y conocemos los manijeros del mismo. Sería tremendo que continuaran campando a sus anchas los autores del austericidio mientras dos se laman las heridas por aquello de la oreja mojada que dice un tercero.

Tanto socialistas como podemitas deben tener claro que la oreja a mojar políticamente es la de Rajoy, sin duda alguna.