Los datos que maneja Enresa, la empresa pública que gestiona los residuos radiactivos, apuntan a que en los años 2020 y 2022 los residuos radiactivos acumulados en las piscinas de la Central Nuclear de Almaraz se saturarán.
Mientras tanto, forma parte de las conversaciones de políticos y el mundo ecologista el rumor que apunta que el Gobierno central podría autorizar de manera inminente la construcción de un Almacén Temporal Individual (ATI) en Almaraz. Este ha sido precisamente el elemento central de debate que el Foro Antinuclear ha transmitido al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en una audiencia en la sede la Presidencia.
Un ATI se compone de una losa de hormigón y unos contenedores para depositar los residuos. La postura de los ecologistas es la de oponerse al ATI en caso de que no sirva para desmantelar las instalaciones, sino para ampliar la vida de los dos reactores que hay en la central cacereña, según ha explicado a este diario Francisco Castejón, miembro de Ecologistas en Acción.
Así han transmitido a Vara que no le tendrán en contra, siempre y cuando el ATI planteado sirva para el desmantelamiento. El motivo es que piensan que el objetivo del Gobierno de Rajoy podría ser el de atorizar el almacén como paso previo al de ampliar la vida útil desde los 40 años iniciales hasta los 60.
Planes de empleo
Francisca Blanco, activista ecologista y miembro del foro antinuclear, valora la actitud ‘dialogante’ de Vara, aunque apunta que éste “no aclaró nada, ni a favor ni en contra” en la reunión. Según ha explicado a eldiarioex, en el encuentro le transmitieron la necesidad de poner en marcha planes de trabajo que ofrezcan una alternativa de empleo para toda la zona de influencia de la central de inmediato.
Este asunto preocupa al Foro Antinuclear, que denuncia la existencia de ingentes cantidades de presupuesto para los municipios del entorno de influencia de la central, a menos de 10 kilómetros. Denuncian que no están sirviendo precisamente para crear planes de empleo, sino para “montar corridas de toros y espectáculos”.
“Queremos un cañendario de cierre”
Por parte de Equo Extremadura, Carmen Ibarlucea detalla que han acordado una nueva reunión para el plazo de un mes con la Junta, “aunque no será un grupo de trabajo para cerrar Almaraz, que es nuestra reivindicación”, según lamenta.
Critica el hecho de que se pueda autorizar la construcción del ATI sin hablar de un calendario de cierre, justo lo que alimenta las dudas de los ecologistas en torno a una ampliación de la vida útil de Almaraz.
Los riesgos de Almaraz
Otro de los asuntos tratados fue una evaluación del estado actual de los dos reactores que alberga la central cacereña. En la reunión el foro trasladó los riesgos que, a su juicio, existen en unas instalaciones “envejecidas”.
Apuntan a posibles fisuras en los generadores de vapor, o “problemas” de seguridad en las pruebas de estrés. En concreto ante una posible inundación de las instalaciones en caso de que se produzca una rotura del embalse de agua usado en el sistema de refrigeración.
Desde Ecologistas Francisco Castejón, que también es físico nuclear, pone el acento en la neutralidad del Consejo de Seguridad Nuclear. Advierte que por primera vez los trabajadores del consejo hablan sin censura de posibles “injerencias políticas” entre los pronunciamientos que hacen los técnicos de este órgano y los dictámenes que finalmente se adoptan.
Algo que según comenta tiene tres referentes importantes, el primero de ellos en el caso de la central de Garoña, donde según indica se llegó a modificar el reglamento solo con el firme propósito de beneficiar a esta instalación.
La segunda de las injerencias apunta a que se mantenga la ubicación del proyecto de Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas mientras había unos informes geológicos que decían que “eran unos suelos inadecuados”. Por último, se refiere al cese de un jefe de área por sus discrepancias en cuanto a los criterios de publicitación de accidentes nucleares y el modo en el que se informaba de los mismos.