La Plaza de Toros se inauguró por todo lo alto. Figuras del rejoneo, parabienes en el graderío para festejar que la plaza abría sus puertas después de más de una década. Las crónicas taurinas señalaban que había sido una “triunfal inauguración”.
El equipo de gobierno presidía sonriente este momento. El alcalde y senador del PP, Antonio Galván, estaba arropado por infinidad de amantes de la tauromaquia y colegas de partido. Aplausos, loas, la cadena pública autonómica inmortalizando el momento para satisfacción…. Y todo a dos días de que la Ley electoral prohibiera celebrar inauguraciones.
Aunque fueron muchos los que veneraron el momento, la realidad es que la localidad está dividida. El motivo es que el alcalde ha invertido en una localidad de 900 habitantes censados una inversión de 1,4 millones. El PSOE local cifra el coste en hasta dos millones de euros.
La capacidad, 1.500 espectadores, es muy superior a la población local.
Y fuera del baile de cifras, las cifras no salen si se tiene en cuenta que los ingresos generales anuales de la localidad ascendieron a 937.950,00, según consta en el Boletín de la Diputación de Badajoz. Esto significa que el alcalde se ha gastado en la plaza el equivalente a los ingresos municipales que reciben la localidad en un año y medio (o en dos años, atendiendo las cifras que maneja el PSOE).
Quienes se oponen a esta obra entienden que existen otras prioridades en una localidad con una cifra de paro cercana al 50 por ciento y con otros servicios que no funcionan. Por ejemplo, la biblioteca abre dos veces en semana, y con instalaciones municipales en desuso, o la ausencia de muchos servicios y sin oferta cultural.
Julio Real, portavoz del Grupo Municipal Socialista, critica que todo el dinero que ha entrado en la localidad en la última década ha ido a a la construcción de una obra “faraónica”. Afirma que todos los ingresos han servido tan solo para sufragar el elevado coste de la plaza, mayormente con los fondos Aepsa. De hecho mucha de la mano de obra que ha trabajado en la plaza de toros ha sido sufragada con este fondo.
Fueron muchos quienes se apuntaron a la fiesta de inauguración, aunque otros vecinos, desde el anonimato, han transmitido a este diario su preocupación. Retratan el evento como una escena “grotesca”, propia de las mejores épocas de Berlanga, con la vaquilla en el coso, y todas las fuerzas del orden y la ley presidiendo el graderío.
Además la oposición reprocha al PP que haya utilizado la inauguración de la plaza dentro de su propia precampaña electoral. El PSOE pone de manifiesto igualmente que no puede argumentarse la mano de obra empleada en la obra para justificar el proyecto, “cuando la plaza de toros ha sido el proyecto ideal para enterrar millones de ladrillos y de materiales sin ningún control”.
“Los materiales llegan a las obras y no hay registro alguno, ni albaranes”, denuncia el PSOPE, que alerta que muchos de estos materiales han sido adquiridos a un empresario muy cercano al PP.