Doble moral con la violencia de género
Hace menos de una semana hemos conmemorado el Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, el 25N. Un día en el que, lamentablemente, por segundo año consecutivo, Extremadura no ha contado con una declaración institucional porque tenemos a negacionistas de la violencia machista sentados en la Asamblea de Extremadura. Que no tengamos esa declaración institucional, que en definitiva venía a demostrar el compromiso de todos los representantes públicos y de todas las fuerzas políticas por combatir esa violencia que sistemáticamente sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres, es un ejemplo de la involución que supone la llegada de la extrema derecha. Ellos son los que acogen en sus filas a los agresores, los que los encubren y los protegen.
Sin embargo, el escaso compromiso con la lucha contra la violencia machista no solo proviene de la derecha más extrema de nuestra región. La otra derecha, esa que dice ser no tan extrema, viene demostrando que son lo mismo, a pesar de pregonar lo contrario. Y a los hechos me remito. El gobierno del Partido Popular, que tan comprometido dice estar con la lucha de las mujeres, con combatir la violencia machista y con el feminismo, aún no ha otorgado la categoría de Consejería a la Secretaría General de Igualdad que le impuso Vox cuando firmaron el acuerdo de Gobierno que llevó a María Guardiola a la Presidencia de la Junta. No la ha recuperado, aunque han pasado 4 meses desde que la extrema derecha rompió ese acuerdo por cuestiones que nada tenían que ver con Extremadura, demostrando que su palabra y sus intereses están muy alejados de las necesidades de nuestra tierra.
Las consecuencias de esa decisión no solo son puramente estéticas, de mostrar el firme compromiso de la Junta de Extremadura con la igualdad, sino que también tiene consecuencias prácticas, ya que al no tener una Consejería propia que gestione y ejecute directamente las políticas de igualdad, hace que no se tengan recursos propios para ello y que se dejen de poner en marcha actuaciones imprescindibles para alcanzar el objetivo de lograr la igualdad real entre hombres y mujeres. Por tanto, contar con una Consejería no es solo una declaración de intenciones, y responde a la agenda ultra de Vox, que ha ordenado la eliminación de este área en todos los gobiernos autonómicos y ciudades en los que se convirtieron en llave para conformar gobierno, y que el PP sigue a pie juntillas porque realmente tampoco se cree su supuesto compromiso feminista.
Y es que resulta sorprendente escuchar a la presidenta María Guardiola durante su discurso el pasado 25N decir que las mujeres víctimas de violencia machista necesitaban algo más que empatía, que necesitaban recursos y herramientas efectivas, cuando en el proyecto de presupuestos del próximo año mantiene la misma dotación económica para las oficinas de igualdad, lo que va a provocar que estas oficinas tengan que cerrar tres meses al año y que sus profesionales tengan ya cartas de despido sobre la mesa. No olvidemos que estas oficinas suponen una herramienta indispensable para luchar contra las violencias machistas, especialmente en el medio rural donde las mujeres tardan, de media, 20 años en denunciar.
Resulta sorprendente también escuchar a la máxima dirigente regional decir que hay que combatir los espacios mediáticos donde se normaliza la violencia machista cuando su gobierno ha regado con dinero público a medios de extrema derecha, condenados por su falta de ética periodística, como son OkDiario, Libertad Digital y The Objetive, que se dedican a proclamar el ideario de la extrema derecha a través de bulos y desinformación.
Es más sorprendente aún oír a Guardiola decir que hay que educar en igualdad porque es la única forma de romper los roles de género que perpetúan la violencia, cuando hace escasas semanas su partido ha rechazado en la Asamblea una iniciativa que presentamos desde Unidas por Extremadura para que la Educación Sexual Integral se implementara en todas las etapas educativas, y más cuando el Fiscal Jefe de Extremadura ha alertado del incremento en un 160 por ciento en el número de casos de violencia sexual cometida por menores y haya pedido precisametne que se actuara desde el ámbito educativo.
Todo esto demuestra que el compromiso con la lucha contra la violencia machista del gobierno del PP, y en especial de la presidenta Guardiola, es mero postureo, como lo es todo lo que viene de su ejecutivo, que está más preocupado en la propaganda y el marketing político que en hacerle frente a los grandes retos que tenemos como sociedad, y la igualdad es uno de ellos. Ya no engañan a nadie más.
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