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Elecciones municipales en Plasencia: un alcalde “dulce”, las huertas de la Isla, y un “cambio” que no llega a tiempo

Fernando Pizarro, alcalde, con dirigentes de la federación de asociaciones de vecinos de Plasencia

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Entre los méritos de alcalde Fernando Pizarro, y los deméritos de la oposición (PSOE), el Partido Popular lleva doce años gobernando con mayoría absoluta la ciudad de Plasencia. Uno de los mayores bastiones de los populares entre las grandes ciudades extremeñas, el segundo reducto en importancia como “aldea gala” tras el de Badajoz; ciudad ésta última que sin embargo el PP ha podido retener pero solo a duras penas en la legislatura que ahora acaba, gracias a Ciudadanos y a Vox después de la estruendosa derrota de Francisco Fragoso en mayo de 2019 a manos de los socialistas de Cabezas.

¿Qué va a pasar este domingo en la capital del Jerte, Pizarro va a revalidar una remarcable mayoría absoluta para llevarla hasta los 16 años y cuatro legislaturas, o va a tener que depender de Vox, por ejemplo? Esa es la pregunta que se hacen los interesados en la política placentina, ya que la derrota del alcalde del PP no se espera, ni siquiera en la izquierda.

“Quitarle la mayoría absoluta ya sería un triunfo”, admite una persona de esa izquierda placentina consultada por elDiarioex. Las únicas encuestas conocidas pronostican sin embargo lo contrario, repetir un resultado similar al de hace cuatro años: 12 concejales para Pizarro (mayoría) de los 21 que se eligen. “Confiamos en quitársela”, añade, animada, esa fuente.

Plasencia es la gran ciudad extremeña de peor evolución demográfica, por tanto socioeconómica, de los últimos años. De los 41.500 habitantes que alcanzó como techo en 2010, lleva 12 años retrocediendo y en la actualidad son 39.250, camino de bajar de esos 39.000 si se vuelve a producir en el próximo censo el retroceso habitual.

“Hemos perdido a más de mil jóvenes, la población de Plasencia es cada vez de mayor edad”, y eso explicaría el seguro y constante, incluso creciente, voto a la opción conservadora, PP, porque por otro lado “no, la ciudad no es conservadora”.

Fernando Pizarro es un joven dirigente extremeño del PP que cuida mucho las formas y los detalles. Se le define de forma mayoritaria como afable, amable, cercano, moderado, tranquilo, dialogante, e incluso “dulce”, llega a decir una placentina a elDiarioex. “Tiene muchos votos de las mujeres”, se admite desde la izquierda, que por otro lado le acusa de que “lleva doce años subvencionando todo lo subvencionable”.

La política placentina siempre ha sido muy complicada. Las relaciones con las direcciones provinciales de los partidos, PSOE o PP, difíciles. Siempre ha habido un buen número de partidos optando en los comicios locales, con elementos de rebeldía no solo ante Cáceres sino frente al poder autonómico “de Mérida”. Las formaciones regionalistas se han distinguido en ese sentido, y la actual más nutrida, Levanta Extremadura, restará votos tanto al PP como al PSOE, aunque solo es una opción de las nada menos que ocho candidaturas que se presentan a las municipales de este domingo.

Entre ellas, y da idea de las peculiariedades de la ciudad, hay la de un ex concejal socialista, una candidatura de “cabreados” que “no dejará de hacer daño a la lista oficial del PSOE”, apunta una fuente local.

Para otra persona consultada, el punto de arranque en las virtudes que mantienen a Fernando Pizarro como alcalde indiscutible, fue abordar una solución al caso de las huertas de la Isla, un planeamiento urbanístico por parte del Ayuntamiento que viene de los años ochenta, fallido judicialmente y que por dilación en lograr un acuerdo con los herederos le está costando a los placentinos 60 millones de euros según algunos cálculos, e hipotecar a la ciudad hasta 2028 como mínimo más una asfixia presupuestaria a la hora de abordar inversiones.

“Pasó el alcalde José Luis Mariño (CDS) y no lo arregló, llegó Cabrera (PSOE) y tampoco”, recuerda una persona las indecisiones y el “pasarse la pelota de uno a otro” que envuelven el caso. “El siguiente, José Luis Díaz (PP), no lo hizo, ni Elia Blanco (PSOE)”, y solo a partir de que en 2011 llega a la alcaldía Pizarro abordó el asunto y acabó firmando un doloroso acuerdo económico para la ciudad con los herederos. Algo que, según esa fuente, muchos en la ciudad siguen valorando a favor.

La oposición

El PSOE local ha sido una agrupación extraordinariamente conflictiva en enfrentamientos internos, pero también con las ejecutivas provincial y autonómica, hasta el punto de que la dirección regional acabó por disolverla, refundarla y pasar por un filtro todas las solicitudes de afiliación que se produjeran. Los continuos cambios de candidatos municipales han penalizado las opciones de los socialistas, que vivieron sus mejores momentos de alcaldía hace muchos años.

En esta ocasión lidera Alfredo Moreno, que también ha tenido sus dificultades, en forma de candidatura aprobada en la agrupación que parte de la dirección provincial quiso retocar; al final la ejecutiva local se ha salido con la suya y presenta una lista que quiere, a corto plazo, poder acabar con la mayoría absoluta del PP, a medio plazo consolidar y recuperar apoyo ciudadano, y a más largo tiempo volver a poner a un socialista en el sillón de alcaldía.

Una lista que se nutre, novedad destacable, con el nombre como independiente de Esther Sánchez Tapia, alcaldesa de la pedanía placentina de San Gil y que se las tiene, y muy fuertes, con el alcalde Pizarro por considerar que su vecindad no recibe los recursos municipales a los que tiene derecho.

En los meses previos se ha producido otra novedad importante en la ciudad, la aparición del colectivo ciudadano Manifiesto por Plasencia, también abiertamente crítico con Pizarro. Sin embargo, “tanto Alfredo Moreno, como la influencia que pueda tener Manifiesto por Plasencia, llegan tarde como para en tan poco tiempo cambiar algo que ya dura doce años”, apunta una de las fuentes consultadas en la ciudad. “Otra cosa será en el futuro, pues algo se está moviendo y cambiando en Plasencia, y el punto alto de Pizarro ya se alcanzó, para entrar ahora en declive”.

Una mayoría absoluta más del alcalde que pretendió sin éxito presidir el PP regional y suceder a Monago, o quedar obligado a un gobierno de coalición con Vox, opciones más probables a partir del domingo 28.

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