El Partido Popular gobierna Badajoz, la mayor ciudad de Extremadura, desde 1995. Pero el alcalde, Francisco Javier Fragoso, deberá abandonar la alcaldía dentro de un mes en virtud de un pacto de gobierno con Ciudadanos por el que el portavoz de la formación naranja, Ignacio Gragera, tomará las riendas del Ayuntamiento los dos años que restan de legislatura.
Pero para que esto suceda no son suficientes los votos de populares (9) y Cs (4). Es necesario sumar el voto del ex edil de Vox, Alejandro Vélez, que a día de hoy no garantiza su apoyo, aunque en la práctica ha formado parte del equipo de gobierno desde 2019, lo que convirtió a Badajoz en la primera capital de provincia con un tripartito de derechas.
En estos dos años, apenas ha existido relación entre Gragera y Vélez porque el primero ha querido marcar distancias con el ahora concejal no adscrito tras abandonar la formación de extrema derecha a principios de abril.
No obstante, Cs asegura contar con el apoyo de Vélez al proyecto político que quieren llevar a cabo en la ciudad. Pero lo cierto es que el concejal no adscrito no garantiza a día de hoy un apoyo que es imprescindible para el relevo en la alcaldía. Enfrente están el PSOE, que ganó las elecciones con 12 concejales, y Unidas Podemos, que tiene una representante.
El futuro de su concejalía
Debido a este escenario, Alejandro Vélez ha advertido este viernes al que será el candidato de Ciudadanos a la alcaldía que aún no ha decidido el sentido de su voto porque no le ha citado para explicarle “cuál será el modelo de Ayuntamiento y qué proyectos y estrategia tiene pensados”. Asimismo, tampoco conoce aún “el encaje” que tendrá la concejalía que dirige (Limpieza, Parque Móvil y Poblados) en los planes del próximo alcalde.
El ex edil de Vox ha afirmado que sin esta información no puede decantarse en relación a si apoyará o no el cambio de gobierno en la ciudad, y por tanto a día de hoy “no podría participar en el pleno de relevo de la alcaldía”.
Vélez ha recordado que, tras las pasadas municipales, su intención inicial era votarse a sí mismo, ya que en las negociaciones previas no llegó a acuerdos “con nadie”, aunque en la misma mañana del pleno de investidura se le llamó “desde Madrid” (en referencia a Vox, donde militaba) para que votase al PP pues “se había firmado un acuerdo a nivel nacional”.
Después llegaron las negociaciones para conocer qué competencias tendría en el equipo de gobierno local, donde se fijó que liderase Limpieza, Parque Móvil y Poblados.
En dicho acuerdo se incluía la creación de una jefatura de servicio para los poblados, lo que es necesario para “mejorar la coordinación y los servicios que se prestan desde el Ayuntamiento” a las pedanías, cuestión en relación a la cual aún no se ha avanzado, ha afirmado.
Apoyo del PP
Por su parte, el apoyo de los populares tendría que estar asegurado, al menos en teoría. Su presidente en Extremadura, José Antonio Monago, y el coordinador regional de Cs, David Salazar, se apresuraron a escenificar el entendimiento entre ambas formaciones, y con ello el respeto a los pactos de Gobierno en Badajoz y Villafranca de los Barros (Badajoz), tras el terremoto político y posterior distanciamiento entre los dos partidos por la moción de censura en Murcia y la convocatoria de elecciones a la Comunidad de Madrid.
Por su parte, el portavoz del PSOE de Badajoz, Ricardo Cabezas, ha pedido a Cs que reflexione sobre “el voto de un radical” y ha recordado las polémicas del concejal de extrema derecha por sus declaraciones sobre la comunidad musulmana en la ciudad o sobre la etnia gitana.