Quieren ir a ganar, “a por todas”, de cara a las elecciones autonómicas. Aunque en caso contrario, de cara a un posible pacto postelectoral, avanza que tanto a PP como a PSOE que tienen que dar un giro de 180 grados para contar con su apoyo.
Este es el mensaje que ha transmitido el recién elegido secretario regional de Podemos Extremadura, Álvaro Jaén. Ha sido en su primara comparecencia ante los medios, rodeado de focos y mucha expectación, donde ha marcado las líneas rojas de Podemos a la hora de alianzas postelectorales, en caso de que la formación de Pablo Iglesias se convirtiera en la llave de gobierno.
Solo negociarían con un gobierno se comprometa a frenar los desahucios. También a que no haya ni un parado más en Extremadura sin prestación. En primer lugar reclama un plan de rescate ciudadano, inmediato, ante la situación de “empobrecimiento” de los extremeños. También una intervención de la administración frente a los cortes de luz y agua en familias con dificultades para llegar a final de mes, a la espera de cobrar la renta básica.
Pone de manifiesto que Extremadura ha triplicado su deuda. Sin embargo, el informe Foessa indica que solo el 30,4 % de la población tiene todas sus necesidades cubiertas por completo en la región, mientras que la mitad de los desempleados no tienen ningún tipo de prestación. Es por ello que reclama de inmediato una auditoría de las cuentas públicas.
A su juicio la situación es realmente “dramática”, y se trata de una cuestión de voluntad política. También advierte de que la Junta ha desahuciado a un centenar de familias, mientras que una sentencia de Europa pone en cuestión la política antidesahucios estatal.
No descarta ser el candidato de Podemos a las autonómicas y adelanta que nadie de su equipo ha venido a la política a “echar raíces”. Su pretensión es estar poco tiempo, máximo ocho años, y volver de nuevo al anonimato, a su vida anterior.
Álvaro Jaén insiste en que Extremadura tiene la suficiente capacidad para gestionar su propia riqueza, y rechaza el “clientelismo” en la administración, así como el miedo a significarse políticamente, al “caciquismo” que se sufre según dice cuando un vecino no se pronuncia ante el miedo de ser excluido de las listas del PER o de la oferta de empleo del ayuntamiento, por ejemplo.