Ibarra cree que Europa es un “experimento” que necesita resetearse

El expresidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, cree que Europa “es un experimento” y, por lo tanto, “está sometida al ensayo y error”, en el que ahora está , por lo que hay que “resetear” para tener en cuenta la globalización y la robotización“.

Ibarra ha participado en Cáceres del campus que organiza la Fundación Academia de Europa Yuste con la VIII edición de los “Encuentros de la Transición” bajo el título “El largo proceso de integración en Europa (1982-1996)”.

El expresidente extremeño ha valorado la situación actual de la Unión Europea y ha asegurado que “existe una grave desconfianza entre los países y un ambiente de sospecha” y todo esto, ha continuado, “hay que añadir el auge de los nacionalismos, con el apoyo de la izquierda, que es lo más grave”.

Porque, según Ibarra, “en un momento de globalización, la izquierda está pensando en pequeño, cuando debería pensar a lo grande”.

En este sentido, ha puntualizado que “o fortalecemos las bases de lo que fue el tratado de la UE hace 60 años o Europa no va a estar”.

Mantener lo importante

Ibarra ha abogado por “mantener aquello que nos dio sustento, y después reseteamos todo lo demás, empezando por tener en cuenta la globalización que no existía hace 60 años”.

“Y sobre todo -ha subrayado- hay que intentar controlar la robotización, poniéndola a nuestro servicio o Europa no va a estar y, si Europa no está, nosotros tenemos un futuro bastante desalentador”, ya que “los jóvenes españoles, franceses o alemanes sin Europa no tienen ningún futuro”.

Según el expresidente, “la política y la economía están en China y EEUU, la pobreza en África y el conflicto político en Oriente Próximo”, mientras que “Europa en estos momentos no está, pero tiene que estar” para construir la globalización y la robotización y para eso hay que cambiar radicalmente la educación de nuestros jóvenes“.

Ibarra ha hecho hincapié en algunas debilidades de la UE como que carezca de política de defensa común y de abastecimiento energético, además de que está fuera de las nuevas tecnologías porque las grandes empresas tecnológicas no son europeas.

“Hay voces que comienzan a decir que el modelo económico ya no hace falta que sea social, del estado de bienestar, porque ya no hay que oponerlo a los peligrosos comunistas de Rusia que contagiaban al resto”, ha indicado, para añadir que “solo hace falta ver los contratos laborales que se están firmando para darse cuenta de que el estado de bienestar comienza a hacer aguas y a desaparecer”.