Irene de Miguel (Madrid, 1981) lleva muchos años intentando estar al lado, literalmente, de todos los movimientos sociales: agricultores, docentes, sanitarios, agentes y bomberos forestales, vecinos de los pueblos... Muchos otros políticos también han apoyado las reivindicaciones, pero la candidata de Unidas por Extremadura (confluencia de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde) lo ha hecho sin el despliegue –ni el dinero– de otros partidos y en un segundo plano para, según dice, no instrumentalizar el malestar de quienes reclaman mejoras salariales, laborales o de vida. De forma mucho más pública, ha sido el acicate del socialista Guillermo Fernández Vara en los debates políticos de la Asamblea, donde se ha quedado prácticamente sola al defender, por ejemplo, el derribo de la urbanización de lujo Isla de Valdecañas u oponerse de forma tajante a la puesta en marcha de proyectos empresariales y urbanísticos en espacios naturales.
Por ello, De Miguel está convencida, como pronostican las encuestas, de que será la llave de Gobierno para el PSOE el 28M. Su formación también lo fue en 2015 con la diferencia de que ahora exigirá formar parte del Consejo de Gobierno y replicar los Ejecutivos de coalición de izquierdas de otros territorios como la Comunitat Valenciana e Illes Balears.
En esta campaña hay muchos ojos que se dirigen a usted porque, según las encuestas, podría ser decisiva para un Gobierno de izquierdas en Extremadura. ¿Confía en esas predicciones?
Creo que hemos sembrado mucho estos cuatro años, hemos trabajado duro y hemos intentado ser la voz de la calle en las instituciones. Y aunque hemos denunciado los incumplimientos del Gobierno, también lo hemos apoyado cuando era necesario porque no olvidemos que hemos pasado por una pandemia que exigía que los políticos dejáramos el interés electoral a un lado y nos arremangáremos por el bien común. Por eso vamos a cosechar unos buenos resultados el 28 de mayo.
¿Eso significa que ve a su confluencia sentada en el consejo de gobierno?
Eso significa estar en el Gobierno extremeño haciendo políticas que transformen la vida de la gente.
Guillermo Fernández Vara considera que un gobierno de coalición es sinónimo de líos e inestabilidad y el PSOE advierte de que en el caso de necesitar pactar habría que tener en cuenta cuántos diputados les hacen falta para la mayoría.
Por desgracia, en Extremadura no ha habido gobiernos de coalición y el PSOE, además, no está acostumbrado a la cultura de la coalición, que se está imponiendo en todo el país. En esta legislatura hemos tenido seis gobiernos de coalición de izquierdas, seis gobiernos estables que se han mantenido toda la legislatura y que han avanzado en derechos, y Extremadura no puede permanecer ajena porque esa cultura de la coalición es enriquecedora. Nadie discute que gracias a que Unidas Podemos está en el Gobierno se ha aumentado el Salario Mínimo Interprofesional, ha habido una reforma laboral, se han aumentado las pensiones, hay una inversión en dependencia histórica… Son cuestiones que sabemos que el PSOE por sí solo no hubiera hecho y en compañía de otro partido, como por ejemplo Ciudadanos, que era por lo que abogaba el señor Vara, tampoco lo hubiera hecho.
En Extremadura entonces, ¿hay más cosas que les separa con el PSOE que las que les une?
Tenemos muchos puntos en común con el PSOE, el problema es que luego no cumplen sus programas. Necesitan una fuerza como Unidas por Extremadura en el Gobierno que les obligue a cumplirlo.
Las eléctricas nos roban y se piensan que Extremadura es su cortijo particular
Pero, por ejemplo, les separa el revisionismo ecologista emprendido por la Junta de Extremadura, que ha sido un punto de fricción esta legislatura que podría extenderse a los próximos cuatro años.
Nosotras creemos que es una cortina de humo para legalizar Valdecañas, que es ilegal. Es una estrategia errónea y que no va a dar sus frutos. Varios tribunales ya han declarado que Valdecañas es ilegal y hay que dejar de empecinarse en gastar dinero y recursos de la Administración en salvar Valdecañas cuando tenemos otras prioridades. Además, uno de los grandes atractivos que tiene Extremadura es nuestro patrimonio natural, es una de nuestras fortalezas para afrontar la emergencia climática y la transición energética y ecológica.
Pues ya que habla de transición energética, ¿las eléctricas roban los recursos naturales de Extremadura como Unidas por Extremadura denuncia y ahora también los partidos regionalistas?
Las eléctricas nos roban y se piensan que Extremadura es su cortijo particular. Lo llevan haciendo décadas y ahora estamos en un momento de oportunidad enorme para revertir eso, para ser verdaderamente soberanos y diseñar un modelo energético que beneficie a Extremadura y a sus gentes. Pero si seguimos planteando solo la instalación de macroplantas fotovoltaicas, que alicatan nuestro territorio sobre tierra fértil, se seguirá ahondando en las dinámicas de expolio y saqueo coloniales. Queremos un modelo energético que esté en manos de la ciudadanía, que tenga un gran peso de lo público y la mejor herramienta para garantizar la lucha contra la pobreza energética, una factura de la luz más barata para las familias y un incentivo real para la industria es una empresa pública de energía.
En la actual situación de sequía el agua es otro tema que se ha introducido en el debate de la campaña e incluso usted se ha ido a Monfragüe a denunciar los desembalses en la cuenca del Tajo, a pesar de que tienen una situación mejor que la del Guadiana.
Está claro que Iberdrola no puede seguir utilizando los recursos de Extremadura a su antojo y menos el agua. Los saltos hidráulicos deben de revertir a la gestión pública porque no se pueden gestionar desde un punto de vista mercantil como lo está haciendo Iberdrola con el Tajo, menos en un momento de sequía. Pero los fondos de inversión también nos roba el agua en el Guadiana. No es justo que se estén dando nuevas concesiones de agua a fondos de inversión para poner olivares superintensivos, que no generan empleo, que consumen muchísimo agua y que compiten directamente con nuestro olivar tradicional de secano, que es seña de identidad Extremadura y un producto alta calidad que genera economía en el medio rural. El fondo de inversión no genera economía, es una agricultura especulativa y no podemos dejar la alimentación ni el agua en sus manos.
¿Qué le dice a los agricultores y ganaderos extremeños que sí creen que para la supervivencia del campo es necesario modificar la legislación medioambiental y los espacios protegidos como pretende el PSOE?
Es normal que lo piensen. Durante mucho tiempo hemos dicho a los agricultores que solo se puede producir de una manera y es utilizando herbicidas, pesticidas, fitosanitarios y haciéndoles muy dependientes de estos productos que tienen ahora mismo un alto coste. Yo creo que la administración debe acompañar a estos agricultores en una transición para demostrar que se pueden producir alimentos de alta calidad con mayor valor añadido y siendo menos dependientes de estos productos, además de ser más sostenibles con el medio. Soy ingeniera agrónoma, sé que se puede producir de otra manera, pero es necesario un técnico en la Administración que vele por la rentabilidad de las explotaciones.
"Garantizo que haré todo lo que estén en mi mano para que no haya mina de litio en Cáceres"
La legislatura que comenzará tras el 28M ¿será la de la mina de litio de Cáceres? PSOE y PP no se oponen al nuevo proyecto subterráneo y Unidas por Extremadura sí.
El PSOE no es que no se oponga, es que le está poniendo una alfombra roja, recordemos el decreto que declara el litio de interés general. En esta legislatura ha habido mucha agilidad para abrir la mina cuanto antes, pero si está en nuestra mano no habrá mina en Cáceres, es un no rotundo. Se trata de un proyecto contaminante, extractivo a menos de dos kilómetros de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad, que condena el futuro de los vecinos y no genera empleo de calidad.
¿Usted puede garantizar a los cacereños que si su formación está en el Gobierno de la Junta no habrá mina de litio?
Garantizo que todo lo que esté en mi mano para parar la mina lo haré. Pero sé que ahora mismo se están agilizando muchos los trámites ante la posibilidad de que se pierda la mayoría absoluta para tener dejar este asunto bien atado antes de que Unidas por Extremadura llegue al Gobierno.
En el peculiar debate con diez candidatos que se celebró la semana pasada en la televisión autonómica recordó que su formación ha estado en todas las movilizaciones sociales que ha habido en la comunidad, entre ellas las numerosas manifestaciones del campo, pero ¿son la derecha y la extrema derecha quienes al final capitalizan el malestar de los agricultores y ganaderos?
Sí, pero no dan soluciones y, además, son responsables porque lo que votan en Europa es lo que perjudica directamente al sector primario. PP, Ciudadanos y Vox votan a favor de los tratados de libre comercio, que nos condenan. Votar por una política agraria común, que es injusta con la agricultura familiar y que solo beneficia a la agricultura especulativa y al agronegocio es ponerse en contra de nuestro campo. Ellos no tienen la receta, pero se envuelven en la bandera del campo cuando han sido los que han causado los problemas estructurales que tiene la agricultura.
Contrapone la agricultura familiar a la de las grandes extensiones controladas por grandes empresas. ¿Qué aporta a Extremadura?
La agricultura familiar es la que la que mantiene abiertos los colegios rurales, los comercios en los pueblos, los bares, la que genera empleo y es la que sostiene la vida en el medio rural. Por eso queremos una ley de Agricultura y Ganadería Familiar que las defina muy bien, las proteja y las blinde, que tengan prioridad en las ayudas que recibe el sector porque es la que realmente vertebra el territorio.
¿Qué va a hacer con el tren de Extremadura?
Lo que ha pasado con el tren ha sido un bochorno y un espectáculo terribles. No hay calificativos porque ha sido un engaño a la ciudadanía, han hecho creer que venía un AVE que no ha venido. Pero Extremadura no necesita un AVE que conecta Badajoz con Madrid, lo que necesitamos es un ferrocarril que vertebre el territorio, que conecte las cabeceras de comarca con las ciudades, que haya autobuses con frecuencias y tiempos razonables y útiles. En definitiva, un modelo de transporte sostenible. Hay que poner en marcha las competencias de ferroviario interior que nos atribuye el Estatuto de Autonomía y crear una red de cercanías que, además, tiene que sostener el Estado porque es una deuda que tiene con Extremadura. No hay que invertir solo en el Badajoz–Madrid, que es importante, hay que reabrir el Ruta de la Plata, conectar Jerez de los Caballeros y Zafra, mejorar las conexiones con Huelva y Sevilla. El ferrocarril es el medio de transporte del futuro.
La derecha ha intentado que la ley del ‘solo si es sí’ forme parte de estas elecciones, que son autonómicas y municipales
No han dejado siquiera que esta ley vea la luz. Una ley que ha sufrido una campaña de desprestigio absoluta, judicial, mediática y política. Algunos medios de comunicación han tenido un contador durante semanas para ver cómo los jueces rebajaban condenas e incluso liberaban a violadores, a pesar de que la Fiscalía había dicho que no tenía por qué ser así y estaban haciendo algo que la ley no decía que hubiera que hacer. El PSOE no ha aguantado la presión de la derecha judicial, mediática y política, y no se ha comportado como con Zapatero. Su ley contra la violencia de género tuvo 200 cuestiones de inconstitucionaldiad, pero se aguantó y ahora es una ley de la que nos sentimos muy orgullosos. Estoy muy orgullosa de la ley del ‘solo es sí es sí’ con el consentimiento en el centro, que se sepa que, por ejemplo, la víctima de Dani Alves sufrió una agresión sexual simplemente porque no consintió, sin demostrar si hubo violencia o se resistió porque el 80% de las mujeres que sufren una violación no se resisten por miedo a que las maten. Quitar el consentimiento como ha hecho el PSOE apoyado en el PP es dar marcha atrás en el Convenio de Estambul, que España aprobó y es uno de los compromisos en la lucha contra la violencia machista. Los derechos feministas son susceptibles de desaparecer en cuanto nos despistamos. Siento el dolor que ha causado la ley pero la Fiscalía ahora está revirtiendo muchas de esas rebajas de condenas, pero ya no hay contadores en los medios de comunicación.
Extremadura no necesita un AVE que conecta Badajoz con Madrid, sino un ferrocarril que vertebre el territorio
Yolanda Díaz ha estado en Mérida, con lleno completo, apoyando su candidatura, la confluencia de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde. ¿Es un valor en alza?
Claro que lo es y su trabajo lo avala. Es la mejor ministra de Trabajo que ha tenido este país, con unos datos de ocupación históricos y ha conseguido cambiar el paradigma del mercado laboral donde los trabajadores ahora tienen más derechos, ha conseguido subir el Salario Mínimo y acercarnos a Europa. Nadie pone en duda los beneficios que esto ha traído a España.
¿Será posible el entendimiento entre Sumar y Unidas Podemos para las elecciones generales?
Estoy segura de que va a haber entendimiento porque es la única vía para poder revalidar el Gobierno de coalición y, además, hacerlo teniendo nosotras mucha más fuerza para poder llevar a cabo transformaciones mucho más profundas de las que se han hecho. El PSOE siempre se queda a medias y le tenemos que empujar.
La derecha ha entrado en un bucle de rebajas fiscales en una región donde los extremeños realizan el mayor esfuerzo fiscal del país. ¿Por qué la izquierda no ha entrado en esta competición?
Porque es imposible mantener el Estado del Bienestar sin impuestos. Cada vez que la derecha habla de que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos, lo que quiere decir es que quien pueda se pague la sanidad, quien pueda se pague la dependencia, quien pueda se pague la Universidad… La cuadratura del círculo no existe y por eso no se puede abogar por una rebaja fiscal constante y luego querer ayudas para los agricultores, más bomberos, más profesionales sanitarios, más docentes… Eso es engañar a la ciudadanía pero lo más insultante es que les da igual que se trate de una familia trabajadora que el marqués de Salvatierra.