El currículum de la religión se ha visto rodeado de polémica con la filtración sobre su futuro lectivo. La Junta prevé reducir la carga horaria, dentro de los márgenes que permite la ley, y tras la la filtración el Ejecutivo explica que se reducirá la carga de religión en favor de la Filosofía y otras materias que considera prioritarias.
Los profesores de religión ya han lanzado una recogida de firmas en la que que defienden el empleo y dicen que se fomenta “el analfabetismo religioso con formas que recuerdan otros tiempos”. En frente tienen a Extremadura Laica, que reclama de inmediato que la religión se quede fuera de las aulas.
Hay margen de maniobra
La LOMCE es de obligado cumplimiento, pero dentro de ella hay un margen de movimiento en lo que a carga lectiva se refiere vía decreto. Aunque la ley Wert contempla a la religión como una materia obligatoria dentro de las optativas, la norma solo habla de las horas lectivas mínimas, dejando a las comunidades un cierto margen. Esto hizo por ejemplo que en la legislatura pasada, con Monago, las horas se incrementaran hasta dos en algunos niveles de Secundaria, cuando el mínimo era de uno.
Ahora la Junta, manteniéndose dentro de los citados márgenes, aspira a situar el currículum al mismo nivel que otras comunidades, en favor de la Filosofía, la Tecnología o los idiomas, según ha trasladado el secretario general de Educación, Rafael Rodríguez de la Cruz. Argumenta además que con la reducción horaria Extremadura se pondrá al mismo nivel que oferta el propio Gobierno de Rajoy en aquellos territorio donde tiene competencias educativas, en alusión a Ceuta y Melilla.
La negociación no se ha cerrado
El currículum aún no ha pasado por una mesa técnica, de modo que se ha filtrado un borrador, un documento de trabajo que puede estar sometido a cambios.
De hecho Critica Cristina Ramos, de CCOO, lamenta que se haya filtrado este documento cuando siguen las negociaciones. Para ilustrarlo indica que al igual que los sindicatos ya tienen en sus manos un borrador sobre las oposiciones de Primaria, que no ha sido filtrado, no entienden cómo en este caso sí ha habido intereses en hacerlo que pueden 'contaminar' el proceso según advierte.
Recuerda que CCOO no quiere la religión en las aulas, aunque en este caso no es este el debate porque la LOMCE obliga a que haya clases de educación religiosa. El debate de este modo está en las horas que se van a impartir. En cuanto a los profesores, si que indica que es una cuestión a valorar.
Frente a esto Jacinto Valentín, del sindicato C-SIF, dice que la reducción lectiva de religión supondrá una pérdida de horas y de la jornada laboral de estos docentes. Critica que en cada reforma educativa, de manera sucesiva, sea la religión la que siempre se toca y aboga por llegar al entendimiento con la Junta.
También advierte que hay mucha preocupación entre los docentes, y que ha saltado la alarma porque muchos tienen jornadas parciales. Apunta que se verá afectado un importante volumen de los 450 docentes de religión que hay en Extremadura según sus cálculos.
Una recogida de firmas
Mientras tanto una campaña de recogida de firmas por Internet se opone a la reducción de horas de religión, instando a permanecer firmes para que la Administración Educativa en Extremadura no lleve a cabo “la política sectaria y ramplona que desea imponer fomentando el analfabetismo y el religioso también lo es, al querer colar cobardemente y por la puerta de atrás, una reducción en la carga horaria, otra más, a la asignatura de Religión”. “Con ello lo único que se fomenta es el analfabetismo religioso con formas que recuerdan otros tiempos”.
Frente a los argumentos de los defensores de la religión Mila Carrero, de Extremadura Laica, reclama que esta materia se quede completamente fuera del currículum, fuera del horario lectivo. No entiende cómo los dogmas religiosos pueden formar parte de la oferta educativa de la enseñanza en pleno siglo XXI, en un estado laico. Es por ello que insta a los padres que quieran que sus hijos se formen en religión a que los lleven a catequesis por las tardes.
El peor de los supuestos, advierte, ya se ha dado porque la nota de religión va a puntuar en la nota final de Bachillerato. Ahora lo que se puede hacer a su juicio es actuar frente a la LOMCE, y en este caso se está haciendo sin dejar de cumplir la legalidad que obliga la norma, “que ya suficientemente restrictiva es para el alumnado”.