Junto a la crítica de la corrupción política, Pedro Sánchez reivindicó el papel del PSOE como garantía de un cambio seguro en las próximas elecciones, tanto autonómicas como generales. Frente a una derecha dirigida por Rajoy desde la Moncloa al que acusa de gobernar para el 10% de los españoles, precisamente los más poderosos, prometió rectificar decisiones políticas del actual gobierno tales la reforma laboral, así como prohibir las amnistías fiscales, restablecer las prestaciones a mayores de 52 años, avanzar en la igualdad o instaurar una prestación de más de 450 euros a los desempleados con hijos a su cargo.
Pedro Sánchez insistió en el papel que aspira a jugar el PSOE en las próximas elecciones, lejos de la derecha “cruel” y de los partidos que quieren romper con todo. Tampoco faltó el aviso hacia la postura de IU en Extremadura, “la izquierda que hace tres años y medio prefirió ser comparsa de la derecha y no apoyar un gobierno de progreso.”
El líder socialista se mostró crítico con la reforma fiscal e indicó que beneficia a las personas que ganan más de 600.000 euros; de igual manera, señaló como injusta la políi8tca fiscal en vigor que hace que las familias paguen 50 veces más que las grandes fortunas o la inyección de 108.000 millones para el rescate de la banca mientras se desahucia a 38.000 familias durante el año pasado.