El PP, sin principios y sin memoria

Es una ley frentista que pretende reescribir la historia. Una ley que no ayuda nada a la reconciliación y que no tiene en cuenta el dolor de las víctimas. Podrían ser mis propias palabras cuando a finales de enero debatimos en la Asamblea de Extremadura la mal llamada Ley de Concordia de Vox. Sin embargo, esas afirmaciones no son mías, son del diputado del Partido Popular, Laureano León, encargado de defender la enmienda que los populares le hicieron a ese vomitivo texto de la extrema derecha. En ese momento, conseguimos parar el retroceso al que nos pretendía llevar Vox porque el PP estaba ya negociando con el PSOE las cuentas autonómicas, que nunca llegaron a debatirse porque decidieron renunciar a ellas.
Hoy, esas palabras del diputado caen en saco roto. Hoy la Ley de Concordia ya no es frentista, ni plantea una visión sesgada de la historia, ni muchísimos menos. Hoy el PP vuelve a quitarse la careta y vuelve a despojarse de ese halo de centrismo y moderación con el que se envolvió, para mostrarse como lo que son: una banda organizada con valores totalmente antidemocráticos.
Y es que solo el PP, que nunca ha creído en la memoria histórica, puede vender, como lo ha hecho, la justicia y la reparación en las que está inspirada la Ley de Memoria Democrática. Solo el gobierno de María Guardiola, totalmente sin escrúpulos, puede anteponer sus intereses a la calidad democrática. Solo ella ha podido pisotear así los valores democráticos por agarrase un poco más al poder.
No nos engañemos. Al PP siempre le han sobrado las leyes de memoria. No han creído en ellas y las han tenido, cuando han gobernado, metidas en un cajón. Sin embargo, ahora, gracias al balón de oxígeno que le da Vox, no tiene reparos en renegar públicamente de esa ley, que en Extremadura ha permitido recuperar a casi 500 víctimas, que estaban olvidadas en fosas o cunetas.
Todo esto, ¿a cambio de qué? De unos meses más en el gobierno de la Junta sin muchos sobresaltos (salvo que Abascal cambie de parecer y vuelva a dejale con el culo al aire) y de cuatro nuevas bajadas de impuestos que beneficiarán, una vez más, a quienes más tienen de la región. Nuevos beneficios fiscales para los arrendatarios y grandes propietarios de vivienda, que verán cómo sus bolsillos siguen engordando, mientras las familias y la juventud sufre el drama de no encontrar casas a precios asequibles.
Son unas recetas fallidas, que ya se han puesto en marcha en otros territorios, como por ejemplo Madrid, con escasos resultados. Allí, no solo no han bajado los precios de los alquileres, sino que los grandes propietarios siguen acaparando el mercado inmobiliario. Una de cada 20 casas está ya allí en manos de grandes especuladores y, lo que es más llamativo, diez empresas concentran ya el 12% del mercado del alquiler de la comunidad madrileña. Mientras, los precios no han hecho más que subir y subir.
Y ese es el modelo que la presidenta Guardiola quiere reproducir aquí. Lo ha dicho sin rubor esta semana en el paripé de encuentro que ha protagonizado junto a Díaz Ayuso. Ha anunciado que va a copiar todo lo que hace Madrid, y eso nos escandaliza porque mucho nos tenemos que ya está reproduciendo aquí el modelo madrileño que le está llevando a deteriorar la sanidad pública, que allí está en estado comatoso, con la menor financiación por habitante y con las mayores tasas de privatización. Un modelo que perdona impuestos a los ricos y que al mismo tiempo está vendiendo también a la educación, cerrando líneas educativas y apostando, sin pudor, por los conciertos. Regalando, además, cheques y ayudas a quien menos lo necesita, a las familias que ingresan más de 100.000 euros.
Si la señora Ayuso hubiera estado en el pleno del pasado jueves seguro que hubiera felicitado y alabado a la señora Guardiola por lo buena discípula que está siendo. Por anteponer su irresponsabilidad fiscal a los principios democráticos. Por priorizar sus intereses partidistas a los de la ciudadanía extremeña. Por abrazar y dar oxígeno a la extrema derecha. Le hubiera dado un diez. Sin embargo, Guardiola este jueves ha suspendido estrepitosamente. Se ha quedado sola, arropada únicamente por fanáticos, herederos del franquismo, que generan inquina y rabian de odio.
Frente a ellos nos tendrán, SIEMPRE. No vamos a permitir que la derecha y la extrema derecha blanqueen el horror. No vamos a dejar que el pueblo se quede sin memoria.
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