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El vehículo eléctrico, más sombras que luces

Protesta contra los proyectos mineros de litio en la Sierra de Gata (Cáceres)

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Era obvio que el gobierno de PP y Vox iban a poner alfombra roja a los empresarios chinos que quieren venir a Extremadura a producir baterías de litio con una presunta gigafactoría en Navalmoral. Perdónenme el chiste, pero parece ser que a Vox, en este caso, que sean malvados comunistas no les afecta tanto si vienen con buenos billetes debajo del brazo. El caso es que esta empresa pretende transformar un mineral estratégico para la transición energética como es el litio. Y nosotros no solo se lo regalamos, sino que además no exigimos absolutamente nada. Por ejemplo, no pedimos que la Junta de Extremadura tenga participaciones en este tipo de negocios. Nosotras creemos que en los sectores estratégicos, como en este caso es el litio, las administraciones, tanto la estatal como la autonómica, deberían estar representadas en los consejos de administración.

Es también obvio que hablar de gigafactoría es hablar también de minas. Explotaciones a cielo abierto que condenan a los territorios donde se asientan a ser tierras de sacrificio contaminadas y sin futuro. Y tenemos la desgracia de ser ricos en litio, a menos de un kilómetro de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, en mitad de maravillosas dehesas de nuestras tierras cacereñas y de un paraje natural inigualable como es Sierra de Gata. Hablar de gigafactoría, y no asumir que la contrapartida es demasiado costosa para el territorio y para las gentes que lo habitan es sumamente hipócrita. 

Pero vayamos un poco más lejos. ¿Una gigafactoría para fabricar baterías de litio para los vehículos eléctricos es una industria de futuro? ¿Es el vehículo eléctrico la alternativa a los vehículos de combustión y el elemento de movilidad sostenible que necesitamos?

Todas estas preguntas deberían de encontrar respuesta afirmativa antes de abrir en canal nuestras dehesas y valles, no vaya a ser que al final lo que estemos haciendo sea engordar una burbuja que cuando explote nos dejará sin vehículos y sin territorio.

El vehículo eléctrico por ahora tiene más sombras que luces. Según el ingeniero, descendiente de extremeños, y experto en el tema, Pedro Prieto, si utilizáramos todo el litio que tenemos en construir coches (contando el litio que se utiliza en móviles, tabletas y tecnología diversa) podríamos fabricar 8 millones de coches al año, cuando actualmente fabricamos diez veces más, unos 80 millones de coches anuales. Es fácilmente entendible que no existe litio en el planeta Tierra capaz de sustituir toda la flota de automóviles de combustión que necesitamos para satisfacer el modelo de movilidad actual. 

A esto hay que sumarle los problemas que supone una tecnología cuyas baterías necesitan horas para ser cargadas, cuando actualmente en pocos minutos podemos tener un depósito lleno que nos permite desplazarnos 800 km. Y a esto, además, le añadimos que las baterías duran una media de 6 años y, si el coche duerme en la calle, puede que menos.

El vehículo eléctrico no sólo será un vehículo elitista, que podrá pagarlo aquellas personas que tengan posibilidades económicas de comprarlo y de recargarlo en su casa o garaje, sino que además será un vehículo urbano para trayectos cortos y no para grandes viajes. 

Sólo imaginar las colas en las electrolineras en una vuelta de vacaciones de verano debería de hacerle alguno bajar el nivel de entusiasmo cuando habla del futuro del coche eléctrico.

Pero no piensen ustedes que esto es un alegato a seguir utilizando el vehículo privado de combustión. Creo que el planeta nos está dando demasiadas señales de que necesitamos combatir el cambio climático y rebajar el nivel de emisiones si queremos tener alguna oportunidad de subsistencia en el futuro como especie. Debemos de abordar la movilidad sostenible con sentido común y con rigor científico, y el único vehículo eléctrico sostenible y destinado a garantizar la movilidad de la ciudadanía es un tren eléctrico. 

Por eso, desde Unidas por Extremadura somos tan pesadas al repetir que no sólo necesitamos conectarnos con Madrid en un tren rápido, cómodo, eléctrico y asequible a todos los bolsillos. Necesitamos además impulsar núcleos de cercanías que conecten nuestros pueblos y ciudades y que nos permitan viajar por toda la geografía en tiempo y forma, de manera que un universitario de Don Benito pueda ir en tren a Badajoz a su facultad y volver a dormir a su casa. Si en otras comunidades tienen esa red mallar ¿por qué Extremadura va a prescindir de esto y sólo piensa en un AVE que la mayoría de los extremeños no va a poder permitirse?

El vehículo eléctrico es una farsa, como lo es hablar de minería sostenible. Trabajemos por una transición energética justa con los territorios, justa con la ciudadanía y no dejemos que nos condenen a ser tierra de sacrificio para fabricar coches que seguramente nunca pisen nuestras carreteras.

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