Lo ha admitido el presidente del grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo: “Tenemos que conocer el presupuesto para evitar que tengan algún sello del PSOE”, ya que el Gobierno de María Guardiola, en minoría, está negociando con todos los partidos las cuentas autonómicas para 2025.
“No apoyaremos ningún presupuesto que haya sido negociado con el PSOE. Nosotros hemos venido aquí a combatir al socialismo, no a los socialistas”, ha expuesto el diputado de Vox, quien ha advertido: “Vox no aceptará ni una sola medida procedente del PSOE”, aunque la Junta de Extremadura no ha visto con malos ojos las propuestas socialistas sobre vivienda.
Esta línea roja de los diputados de extrema derecha se suma a otras, según las órdenes que el lunes recibieron de Madrid: la materialización de los puntos del acuerdo del gobierno de coalición entre PP y Vox en Extremadura y el rechazo a la acogida de menores migrantes procedentes de Canarias.
Gordillo, sostiene, cuando se cumplen casi tres meses desde el fin de aquel acuerdo de gobernabilidad con el PP, que “la mano sigue tendida a los populares” aunque desde la libertad que da no estar en coalición en el seno del Ejecutivo. “Fuimos muy generosos” en ese acuerdo y “fuimos unos socios leales” de gobierno. Sin embargo, el PP “siempre fue a remolque” y puso “poco interés a nuestras propuestas”, ha afirmado a EFE el diputado autonómico y senador.
“La ruptura -sostiene- no fue porque el pacto funcionara mal... funcionó relativamente bien”, pero la inmigración ilegal -a nivel estatal- marcó el devenir de la historia de dicha coalición, con “un PP que sigue en la deriva, la de fomentar, de la mano del PSOE, la inmigración ilegal”.
Tres meses después de la salida del Ejecutivo, Pelayo Gordillo hace balance para EFE y pone sobre la mesa el principal objetivo que logró aquel acuerdo: “sacar al socialismo del poder”. “El socialismo - afirma- siempre me ha parecido un error intelectual y una mala praxis política”. A partir de este, cristalizaron “algunos” puntos del acuerdo, como los referidos a la fiscalidad.
En su opinión, la reforma fiscal fue un ejemplo de la colaboración mutua con el PP. “Era preciso hacer de Extremadura, con uno de los esfuerzos fiscales más altos, una región atractiva a la inversión y al ahorro, pues hasta ese momento la aportación que hacíamos los extremeños al erario no tenía retorno”, ha comentado.
Además, había otro prisma o necesidad de cambio, que la Junta supiese “muy bien dónde pone el dinero” en una referencia crítica a partidas destinadas a ciertos ámbitos, como a los sindicatos de clase, “que cada vez son menos representativos”, a las “ocurrencias” relacionadas con “opciones personales” y a proyectos de cooperación internacional “cuyo dinero a penas llega a la población”. “Considerábamos que esto era necesario que se revisara, pero no se hizo nada”, ha lamentado dirigiéndose al Ejecutivo extremeño.
También quedó en nada, según ha recordado, la propuesta de una Ley de Concordia que sustituyera a la de Memoria Democrática, pues “en cuanto salimos del Gobierno, el PP lo tiró a la papelera”.
“¿Y ahora, qué?” se ha preguntado. “Pues estamos en otra fase, la de seguir hacia delante en esta legislatura, pero fuera del Gobierno”. Vox, según ha remarcado, está abierto a todo aquello que beneficie a España y a Extremadura siempre que esté “dentro de nuestro ideario político”. La mano al PP, según ha reiterado, está tendida aunque ahora “con más libertad para proponer ciertas cosas que antes se daban por hechas” aunque no estuvieran tácitamente expuestas en el acuerdo de Gobierno, como la inmigración ilegal.
Regadío de Tierra de Barros
A su juicio, los 20 millones de euros anunciados por el Gobierno del PP para el proyecto de regadío de Tierra de Barros responden “a una decisión acertada”, a “un bien inicio”, pero son “absolutamente insuficientes”. “No sé con qué intenciones” anunció Guardiola dicha partida económica, se ha preguntado Pelayo Gordillo, quien ha aseverado que él no se lo pidió.
Ha insistido en que la firme apuesta de Vox por el regadío de Tierra de Barros responde a una línea clara y decidida de su partido: “hay que destinar el dinero público en proyectos que redunden en beneficio” de la sociedad, que generen economía y empleo“.
Ha recordado que cuando Vox estaba en el Gobierno extremeño, esta formación tuvo que “ponerse muy seria” para que se adoptaran decisiones en pro del proyecto. “Siempre hemos exigido que debía ver la luz”, ha insistido Ángel Pelayo Gordillo, quien considera que “no es de recibo” que el Gobierno central y la UE se hayan descolgado.
Por ello, ha defendido que el proyecto arranque cuanto antes con dinero autonómico. “Hay mucho gasto superfluo que se puede evitar y que puede ser dedicado a lo que realmente importa”, ha añadido.
“El proyecto es viable y sería beneficioso para la comarca, como la azucarera de Mérida”, un proyecto del que, según el diputado autonómico, “ya no hemos vuelto a tener noticias”. “No se puede jugar con las expectativas de la gente”, ha dicho el presidente parlamentario de Vox en alusión a la política del PSOE.
“Imaginemos que fuéramos catalanes.... Pedro Sánchez estaría aquí con un pico y una pala abriendo y poniendo la primera piedra para Tierra de Barros y con el presupuesto que hiciera falta”, ha expuesto con ironía.