Este viernes, tras el Consejo de Gobierno y la rueda de prensa para dar cuenta del mismo, el presidente tiene varias citas en su despacho. Algunas entrevistas con medios de comunicación, la última de ellas con eldiarioex, y después figura un encuentro con la directora general de Canal Extremadura, Beatriz Maesso, que acabó pronto y con el resultado conocido. En el claustro del antiguo conventual de la Orden de Santiago también está para alguna gestión el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, y en otro grupo los de Fundación Triángulo, acompañados del nigeriano que ha esquivado la deportación.
Publicamos hoy la primera parte de esta conversación, y que se prolongará mañana lunes en una segunda.
“Tengo una sensación extraña, cuando el otro día llegué aquí tuve la sensación de no haber estado nunca”, comienza a explicar Fernández Vara cómo ha sido este proceso de volver a lo que fue su despacho por cuatro años, entre 2007 y 2011, y al que ahora regresa en un entorno socioeconómico y político que ha cambiado por completo, como él también afirma haberlo hecho.
“Han sido cuatro años muy duros, que al inicio me obligaron a no pensar en otra cosa que no fuera recuperar un proyecto de mayoría social; pasaba por la calle, pero no miraba el edificio, un mecanismo psicológico que solo se entiende si se comprende lo que he pasado en estos cuatro años; gobernar e intentar hacerlo exige recomponer muchas cosas en tu cabeza, me lo he tomado como si llegara la primera vez”.
-Dicen que se aprende más de la derrota que del triunfo, ¿es cierto?
- He aprendido un disparate en estos cuatro años, sobre todo a identificar en qué fallamos a la gente, y era no darnos cuenta del cambio social que se había producido, y que una parte de nuestro discurso se había quedado anticuado; ha bastado recuperar la importancia de las personas, situarlas en el centro de la política, para que mucha gente haya vuelto a considerarnos. Con pocos conceptos: el empleo vinculado a la dignidad del ser humano, España y Extremadura tienen que ser sitios donde nadie pase hambre o frío, y la educación y sanidad son las que hacen que tu vida no dependa de la cuenta corriente de tus padres. Con esos tres conceptos se construye una teoría política.
Por eso no vamos a hacer muchas leyes, solo las que mejoren la vida de la gente; y aprobar medidas solo las que se puedan cumplir; identificar ocho o diez cosas que nos hagan mejor como región e ir por ellas.
-Desde fuera parece sencillo
- Que la política vaya replegándose a sus cuarteles de invierno y abandone el protagonismo público; en muchos actos no voy a hablar, o no voy a ir a inauguraciones públicas, basta con abrir las cosas y ponerlas en servicio; en el ámbito particular acudiré a muchos sitios, pero tienen que desaparecer las placas, los reconocimientos, los tratamientos… La política está en un proceso de descompresión, la sociedad civil debe estar en en un sitio y la política desde otro ayudándoles.
Y a tomar las riendas de lo público, sanidad y educación con protagonismo absoluto, pero en el resto de la vida social menos política.
-¿Cómo está la Junta que se han encontrado ustedes?
-Tiene que pasar tiempo para saber del todo la situación financiera, y no me gustaría precipitarme. Pero hay 298 millones de euros de dinero gastado y que no sabes de qué partida sacar; y una carta de Montoro pidiendo un plan de ajuste, así que habrá que reducir el presupuesto en no menos de 300 millones, y como no estoy dispuesto a recortar educación y sanidad quiero hablar primero con él.
El año pasado Extremadura incumplió la ley de Estabilidad, pero Montoro y el Gobierno el Estatuto de Autonomía al no realizar las inversiones recogidas; si cumplimos, cumplimos todos, y sino un poco de paciencia en vez de mandar una carta al día siguiente diciendo que te van a intervenir
-¿Qué le suscitan las palabras rescate o intervención?
-Estamos ante un modelo en el que poco a poco, sin hacer ruido, Montoro le está dejando a las comunidades autónomas toda la responsabilidad en materia de las personas; sanidad, educación, servicios sociales, dependencia, y está cogiendo la competencia sobre el control de las cuentas públicas, tanto estatales como regionales. ‘Yo te dejo a ti los españoles y yo me encargo de las cuentas’, es lo que está haciendo, y claro, tú me dejas a mí a los españoles pero no me das medios para poderlos atender
-¿Había algo bajo las alfombras?
-Quien llega a un sitio buscando es porque él dejó o dejaría algo; mi prioridad es arreglar problemas, problemas como las 2.500 rentas básicas concedidas sin dinero, 100 trabajadores sociales con contrato vencido sin haber renovado el convenio y necesarios para gestionar esa renta, iniciar el curso escolar en las mejores condiciones, o unas listas de espera sanitarias insufribles y por eso nadie se cree las oficiales, que estén mejor que hace un año, mucho menos que hace cuatro.
Irán llegando facturas, y de momento hay más de 200 millones que se le deben a la industria farmacéutica y patronal de la tecnología sanitaria, desde hace un año, y eso después de que fondo liquidez autonómica haya pagando una parte importante.
Así que tenemos 300 millones de obligaciones a imputar, más 300 de ajuste que hay que hacer y 200 y pico a proveedores; la situación no es cómoda ni fácil, pero nadie dijo que lo iba a ser.
Desde luego lo que nos hemos encontrado es cualquier cosa menos unas cuentas saneadas, con pago a proveedores 10 días dicen, eso no se lo creen ni ellos, cuando hay 200 millones que se deben desde hace más de un año; el truco es que se refieren solo al tercio de Administración general, pero eso es solo una pequeña parte de la Junta, lo gordo es la sanidad, dependencia, o educación.