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Las ruinas romanas de Cáparra, testigo del clásico contemporáneo de Hipólito

Las ruinas romanas de Cáparra fueron han sido testigo del enfrentamiento entre el amor que siente Fedra por Hipólito y el qué dirán, en un montaje dirigido por Emilio del Valle, quien firma la adaptación del texto junto a Isidro Timón, que ha contado con la complicidad de los espectadores, satisfechos de que el yacimiento cacereño vuelva a recobrar vida.

Y es que, por tercer año consecutivo, Cáparra y la comarca de Trasierra Tierras de Granadilla se convierten durante cuatro noches en la única extensión cacereña del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

El recinto teatral, ubicado en el espacio arqueológico conocido como Foro de la Ciudad y que integra el espectacular arco tetrápilo de Cáparra en el escenario como telón de fondo, consiguió un lleno absoluto en el estreno de su tercera temporada.

Este año el espectáculo elegido para subir el telón en el cautivador yacimiento ubicado en los términos de Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia, ha sido “Hipólito” de Eurípides, en versión de Isidro Timón y Emilio del Valle.

Se trata de una coproducción de las compañías extremeñas Maltravieso Teatro y La Almena Producciones, junto al Festival de Mérida, que presentan una propuesta que encaja de forma especial en este tipo de espacios y que destaca por la música en directo y los guiños circenses.

Dirigida por Emilio del Valle, está protagonizada por Juan Díaz, que encarna a Hipólito, y Camila Almeda en el papel de Fedra, a los que se suman José Antonio Lucía, Cristina Gallego, Mamen Godoy, Amelia David, Rubén Lanchazo, Javier Uriarte, Raquel Bravo, Sara Jiménez, Estefanía Ramírez, Guadalupe Fernández, Álvaro Rodríguez y Fernanda Valdés.

Hipólito es un clásico contemporáneo, cuya lectura es radicalmente interesante hoy.

El enfrentamiento entre el amor que siente Fedra por Hipólito la llevará al suicidio empujada por la intolerancia de éste y por el qué dirán.

La derrota de una mujer avergonzada por amar, frente a la intolerancia de un hombre que grita que “ojalá os muráis todas” las mujeres, expresa con claridad la lucha hombre mujer, en la que la mujer pelea siempre en desventaja.

El sentido común lo pone la nodriza, mujer que representa el amor incondicional, y que se sitúa a las antípodas de esas diosas a las que la felicidad de sus hijos e hijas les importa mucho menos que la disputa que mantienen entre ellas por demostrar quién de las dos es más poderosa.

El 65º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida continuaba en Cáparra con el montaje “Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia”, a cargo de Rafael Álvarez “El Brujo”.