Así lo ha anunciado el consejero de Sanidad, José María Vergeles, en Cáceres, donde participó en los actos del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, organizados por la Asociación de Profesionales que atienden a Pacientes en Fase Final de Vida de Extremadura.
Vergeles ha reconocido el trabajo de los profesionales que desde hace más de una década llevan trabajando en los cuidados paliativos en la región, así como de las más de 15 asociaciones que colaboran con todo lo que tiene que ver con el voluntariado de cuidados paliativos.
El programa regional casi ha cumplido su mayoría de edad, ha señalado, “y las posibilidades de trabajo que tienen los diferentes grupos de trabajo que están integrados por los profesionales nos están dando pistas claras de por dónde debe avanzar”.
Según ha indicado Vergeles, el programa necesita una revisión en tres ámbitos y uno sería potenciar es el que tiene que ver con la estructura más hospitalaria para adaptarse a la que se plantea en otros países.
Ha añadido que, en segundo lugar, hay una clara tendencia hacia incorporar a la edad pediátrica para que puedan disponer de estos servicios “y debemos trabajar en todo un programa de cuidados paliativos pediátricos”.
“No se ha hecho nada”
Según ha dicho, los profesionales lo dejaron “esbozado” en el año 2011 y no se ha realizado nada, por lo que existe “el firme compromiso de ponerlo en marcha, estudiarlo y avanzar este sentido”.
Por último, ha abogado por avanzar en todo lo que tiene que ver con la implantación de los cuidados paliativos en aquellas enfermedades que no son oncológicas y que llevan a una situación de terminalidad al paciente.
Los cuidados paliativos pediátricos ha sido una de las demandas de la presidenta de la asociación, María José Redondo, porque tiene necesidades peculiares.
Sobre la conmemoración del Día Mundial de los Cuidaos Paliativos, Redondo ha señalado que el lema es “Vidas ocultas, pacientes ocultos” y desde la directiva han querido darle voz a los pacientes paliativos pediátricos, por una de las necesidades emergentes que hay en la comunidad.
Los niños, ha señalado, no se pueden tratar como pequeños adultos sino que tienen unas necesidades peculiares por su amplio abanico de edad, porque llevan sus tutores, y porque la variedad de fármacos que hay actualmente están más encaminados a los adultos y no están tan ensayados en niños.
A su juicio, “todas estas peculiaridades y connotaciones necesitan un camino y un trabajo, aparte de personal experto que pueda atender a esas necesidades, de ahí que es necesario iniciar un equipo de cuidados paliativos específico pediátrico”.