El próximo domingo, 20 de febrero, se celebrará la consulta popular en los municipios pacenses de Don Benito y Villanueva de la Serena para que decidan si quieren fusionarse y convertirse en la tercera ciudad de Extremadura con más de 63.000 habitantes. Ese día por la noche no solos los 'calabazones' y 'serones', el gentilicio popular con el que conoce a estos vecinos, estarán pendientes del resultados de las urnas. También lo estará Extremadura y el municipalismo, que viven con expectación este acontecimiento histórico.
La unión de Don Benito y Villanueva ha estado en la agenda política desde hace décadas. La distancia que separa ambas ciudades apenas es de 4 kilómetros, pero las diferencias que había entre sus alcaldes históricamente ha sido mucho mayor. Sin embargo, los actuales responsables municipales, José Luis Quintana y Miguel Ángel Gallardo, ambos del PSOE, comenzaron a trabajar en la posible fusión en secreto después de las últimas elecciones y tras encargar informes y estudios sobre las ventajas de la unión, dieron a conocer el proyecto el pasado septiembre.
El debate ha conseguido algo insólito: poner de acuerdo a todos los partidos en todos los niveles
El debate ha conseguido algo insólito: poner de acuerdo a todos los partidos en todos los niveles y también cuenta con el apoyo del presidente y expresidentes de la Junta de Extremadura y del Gobierno de España, que ha autorizado la celebración del referéndum.
Desde que se anunció el proceso, los alcaldes han protagonizado decenas de actos públicos para informar sobre las ventajas de la unión: empresarios, estudiantes, vecinos de las nueve pedanías que se integrarán en la nueva ciudad –si al final sale adelante– integrantes de colectivos juveniles y sociales, personas mayores... En todos esos encuentros, Quintana y Gallardo han repetido la “oportunidad histórica” que la integración de los dos municipios supondrá para el futuro de sus vecinos, que se traduce, fundamentalmente, en una mejora de los indicadores económicos y de empleo. Pero también han tenido que hacer frente a dudas sobre los impuestos (el compromiso es que no subirán) y el mantenimiento de las identidades culturales y las fiestas locales.
Más empleo y más renta
Según los estudios encargados a la Universidad de Extremadura, y que los ayuntamientos han puesto a disposición de los ciudadanos, el impacto de la fusión en términos de riqueza, actividad económica y desarrollo de rentas sería de incrementos del 2,75 % en las rentas de los hogares y del 5 % tanto en empleo, especialmente en servicios y empresas, como en población con estudios universitarios.
Esta zona de las Vegas Altas del Guadiana se convertirá en el segundo polo económico de la provincia de Badajoz, y el primero a nivel regional en el sector de la agricultura y la ganadería, con un 19,7 % del VAB, y también en el sector industrial con un 8,1 % del VAB.
Además, la corporación municipal estará compuesta por 25 concejales –ahora son 21 en cada ciudad– y la financiación del Estado aumentaría un 14%, alrededor de 1,5 millones de euros más al año.
El futuro en manos de 54.000 electores
El domingo de 9 a 20 horas, como en una jornada electoral habitual, los dombenitenses y los villanovenses podrán ejercer su derecho a voto. Tendrán esa oportunidad unas 54.000 personas, de las que alrededor del 20% ya lo ha hecho de forma anticipada. Se abrirán 20 colegios electorales –35 mesas– en Don Benito y 17 –25 mesas– en Villanueva de la Serena, y en cada una de ellas habrá tres funcionarios municipales.
Para que todo discurra con normalidad, se pone en marcha un dispositivo de seguridad en ambas ciudades y sus 9 entidades locales menores, coordinado por la Delegación del Gobierno.
En él participan un total de 160 agentes, de ellos 50 son de Policía Nacional, entre ellos miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), 40 agentes de la Guardia Civil, y 70 agentes de Policía Local, 35 de Villanueva y otros tantos de Don Benito, además de miembros de Protección Civil.
Los alcaldes han exigido, al menos, un 66% de apoyo para hacer realidad la fusión. Si se consigue, la unión no sería realidad hasta el primer trimestre de 2027, cuando los vecinos de la nueva ciudad elijan a un nuevo alcalde, que no podrá ser ninguno de los actuales, según el compromiso que han adquirido.
Quedarán muchos aspectos por cerrar, como el nombre del municipio resultante
Hasta entonces, quedarían muchos aspectos por cerrar, como el nombre del municipio resultante, el convenio de fusión y trámites jurídicos y administrativos para una unión completa y sin fisuras.
Sobre las 22.15 horas del domingo está previsto que se conozca si las dos ciudades deciden seguir viviendo de espaldas o si unen su futuro.