21.000 familias rurales de Badajoz y Cáceres tendrán fibra óptica entre 2023 y 2024

Más de 21.000 familias que residen en zonas aisladas y dispersas de Extremadura tendrán, por fin, acceso a Internet de alta velocidad. Se trata de vecinos que ahora cuentan con una señal de bajo rendimiento o que, directamente, carecen de cualquier conexión.

Así lo confirmó el Gobierno esta semana, al ratificar el resultado provisional de la segunda convocatoria del Programa ÚNICO-Banda Ancha, financiado por Next Generation EU y dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Beneficia a 21.143 familias extremeñas, a razón de 14.513 en la provincia de Badajoz y 6.630 en la de Cáceres.

El presupuesto financiable por el Gobierno es de 7,5 millones en el primer caso y 9,475 en Cáceres, y lo llevarán a cabo respectivamente las empresas Adamo Telecomunicaciones y Telefónica, que recibirán como subvención 5,250 y 3,754 millones de euros, ya que la primera ha obtenido mejor puntuación.

El resto del dinero lo tendrán que poner esas compañías.

La mayoría de las actuaciones en Extremadura y resto de España son ‘zonas blancas’, aquellas que no disponen de cobertura de redes de velocidad de al menos 30 Mbps, ni planes para su dotación en los próximos tres años.

Otra parte muy pequeña (para solo cuatro usuarios, que se localizan en Cáceres) se desarrollará en zonas grises, aquellas que solo disponen de cobertura de banda ancha o de previsiones para su dotación en el plazo de 3 años por parte de un solo operador, que no permita superar los 100 Mbps

Los trabajos marcarán un antes y un después en la vida de esas más de 21.000 familias, puesto que pasarán a realizar con garantías, con una conexión a Internet de calidad, actividades que hoy resultan de lo más habitual: teletrabajo, educación online, compras por Internet, citas médicas telemáticas o disfrutar de videojuegos, series y películas en remoto, entre otras.

Ello sitúa a la fibra óptica como un elemento fundamental para fijar habitantes en el territorio, como una herramienta imprescindible en la lucha contra el fenómeno de la despoblación, un mal que afecta a numerosos pueblos de la Comunidad.