Alfonso González Bermejo: “Aprobamos ponencias de un socialismo extraordinario, de izquierdas”

Recuerda con nostalgia los discursos de los líderes del socialismo europeo. Al francés François Mitterrand o al sueco Olof Joachim Palme. “Decirte que éramos ilegales, y sin embargo estábamos rodeados por la policía”.

Son las imágenes que vienen a la cabeza de Alfonso González Bermejo cuando recuerda el XXVII Congreso del PSOE. Se cumplen 40 años de aquél congreso. Se celebraba en España el primer congreso tras la dictadura y piensa que allí se ejerció “el mejor socialismos que se podía hacer”. “Eran ponencias verdaderamente de izquierdas, donde se hablaba de la dictadura del proletariado, pero pusieron al frente a una candidatura a la que yo no voté”.

Este farmacéutico jubilado, al frente de la federación de Badajoz y como exsecretario provincial, comenta que el PSOE pacense era una federación de muy reciente creación entonces. Una federación creada apenas cinco meses antes del congreso del diciembre, y por lo tanto no tenía capacidad de organización.

Las ponencias según comenta, estaban en consonancia con los congresos anteriores. “Como el PC con Carrillo se va a la derecha, no hay dudas de que en esos momentos adelantamos por la izquierda al PC. Aunque eso es un chiste, porque los que tenían que ejecutarlo no tenían ni la más remota intención de hacerlo”.

“Aquello no era socialdemocracia, era socialismo. El programa máximo de ese congreso era marxista, marxista sin lugar a  dudas. Ponencias más adelantadas que las del Partido Comunista, porque el PC ya había dejado la lucha de clases, y nosotros la expusimos allí”.

Moderación del discurso

González Bermejo, que llegó a ser el primer secretario general del PSOE de Extremadura al ganar a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, terminó por salir del partido en 1979. Es crítico con los resultados posteriores del 27 Congreso y señala que aunque las ponencias que se aprobaron son de un socialismo ‘extraordinario’, “se eligió al frente a gente que no iba a cumplir eso, que no estaba dispuesta a asumir esas ponencias”.

Critica que el PSOE moderara su discurso poco tiempo después. “¿No hubiéramos gobernado nunca o hubiéramos tardado un poco más? No lo sé, aunque sé que si eso se hubiera aprobado, España habría sido socialista, y la juventud hubiera estado al lado y detrás de nosotros, junto a nosotros”. Porque, según comenta, “los que más padecíamos la en clandestinidad no teníamos tanta prisa”.

“Siempre he dicho que con ese socialismo, iría yo a cualquier sitio. Pero claro, era un socialismo de ponencias, de hablar. No valió porque no se cumplieron”. Afirma sin censura que fue un congreso “boicoteado”, y que al frente de la ejecutiva se colocó –dice-- a “liberales”.

“El giro ideológico se produjo cuando nos mandaron la carta a casa con la comisión ejecutiva de aquél congreso, con nombres como Felipe González, Alfonso Guerra o Galeote. Los de Sevilla y algunos del País Vasco”.

Niega que hubiera presiones internas, como las fuerzas militares, o presiones internacionales que hicieran que el PSOE moderara su discurso poco tiempo después. “El socialismo europeo estaba muy encorado a la izquierda, y gracias a eso se lograron en todos los estados de bienestar que hoy hay en Europa. Si no, ¿de qué?”

“El único de los líderes que pudo haber puesto alguna pega a nuestro discurso podría haber sido el socialdemócrata alemán Willy Brandt, y no lo hizo. Era el más socialdemócrata que estaban allí, porque el resto tenían un gran ramalazo de socialista”. Entiende que las ponencias no se cumplieron porque la ejecutiva no quiso.

El voto de González Bermejo

Explica que en el 27 congreso, como delegado por Badajoz votó las ponencias, pero no la comisión ejecutiva, “cosa que armó un follón”. “Me dio igual, porque en una asamblea pequeña que se hizo en Extremadura acordamos que tenía que votar la candidatura de izquierda, yo no la vi, y no voté ninguna. Dijeran lo que dijeran, se pusieran como se pusieran”.

Niega que votara una propuesta afín a Peces Barba y comenta que “el único que pasaba por izquierda allí era Castellano”. “No voté a nadie. El acuerdo desde Badajoz, era que si se presentaban varias candidaturas, votara la que fuera más de izquierdas, pero como no se presentaron más candidaturas y la que había (la de Felipe González) no era de izquierdas, no lo voté. Me abrieron las puertas del PSOE”.

“Cuando vinimos del congreso, dije que yo no seguía siendo secretario general del partido, porque no estaba de acuerdo con la ejecutiva. Y yo dimití. Me volví a presentar y ganamos de nuevo”.