El presidente de la Diputación Provincial de Badajoz, Valentín Cortés, ha inaugurado en la capital pacense el Centro de I+D+i de la Sostenibilidad Local, “el primer edificio autosuficiente de toda la comunidad de Extremadura”.
Ubicado en la barriada de Pardaleras, se nutrirá de los recursos naturales y de las energías limpias, tendrá un mínimo coste de mantenimiento, y “ni un solo interruptor de luz ni máquinas de aire acondicionado”.
El agua de lluvia, recogida a través de un aljibe en el patio, servirá para regar el jardín exterior, cuyas podas de sus árboles y plantas se emplearán para nutrir la caldera del edificio.
El inmueble también tendrá un uso público para todos los ciudadanos, pues dispone de un espacio de educación medioambiental interior y exterior, una sala de formación, y un salón de actos para jornadas y eventos.
Entre sus servicios dispone de los centros de telecontrol desde donde se gestionarán las estaciones de tratamiento de agua potable y residual de la provincia, ya que será sede del consorcio Promedio, y de un laboratorio de análisis y calidad ambiental.
Mejorar el ciclo del agua
Gracias a un convenio de 4 años con la Universidad de Extremadura (UEx) se desarrollarán también trabajos para ofrecer mejores servicios en el ciclo integral del agua, en un proyecto sobre el estudio de las aguas residuales urbanas.
El centro abrirá sus puertas a la ciudadanía con actividades para acercar sus servicios y funcionamiento, y dispone de zonas verdes que lo circunvalan, con un jardín con un lago con los distintos ecosistemas extremeños.
Este complejo servirá para que “todos trabajemos por el presente y el futuro sostenible de la provincia”, ha dicho Cortés, que ha estado acompañado por el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, y el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso.
Estas instalaciones tecnológicas permitirán mejorar la eficiencia energética de las depuradoras y la optimización de las rutas de residuos urbanos, reduciendo el consumo de combustible y la emisión de dióxido de carbono.
Levantado sobre 2 parcelas de 2.166 y 273 metros cuadrados, este edificio de 3 plantas se convierte en el “cofre del tesoro de la sostenibilidad como revolución cultural, tecnológica y política”, según sus arquitectos, Daniel Jiménez y Jaime Olivera.