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Barrantes, humor crítico sobre Badajoz

Barrantes

Mercedes Barrado Timón

Si en 'Cómo acabar de una vez por todas con la cultura' Woody Allen vertía su humor y amor crítico por la cultura occidental, el “amor a Badajoz” mueve también las intenciones de Barrantes, un fanzine editado en la capital pacense que ha sacudido conciencias, hecho reír a sus lectores y ha molestado a diversos sectores políticos locales con tan sólo dos números.

Barrantes debe su nombre a don Vicente Barrantes (Badajoz, 1829- Pozuelo de Alarcón, 1898), un bibliófilo, escritor y político del siglo XIX que practicó el sainete en algunas de sus novelas y obras de teatro e inició su carrera periodística con 'Las Píldoras', una revista que tuvo ocho número, fue prohibida por el gobierno de la época e incluso le llevó a la cárcel.

El colectivo que edita Barrantes considera que estos méritos hacen de él “el primer fanzinero de Badajoz”.

Deseo de participar

Vicente Barrantes tiene a su nombre desde antiguo en Badajoz una de las calles con más solera de la ciudad, que baja directamente desde la Plaza de España. Y el casco antiguo de la capital pacense es precisamente uno de los factores que está en el origen de este proyecto, que tiene como antecedentes otros fanzines que personalizaron en la ciudad vieja la reivindicación ciudadana de un Badajoz participativo, deseoso de obtener servicios que no anulasen su escala humana y respetuoso de su identidad frente a las imposiciones económicas y comerciales que desfiguran su forma tradicional de vida.

En definitiva, Barrantes se propone agitar conciencias a través de la literatura y el cómic típicos de los fanzines tradicionales.

Pedro Wichard Barrantes, responsable de la publicación, dice que la idea se concretó después de las pasadas elecciones europeas y el plan era “servir de azote por la situación general de Badajoz, sobre todo, de la cultura y convertirnos en referente de la contracultura ciudadana”.

Actitud crítica

En el fondo de esta decisión late la disconformidad por la falta de actitud crítica del periodismo tradicional y su ausencia de interés por el mundo cultural, así como con la omnipresencia de las instituciones políticas y su ausencia de sintonía con las aspiraciones de los vecinos.

“En los Barrantes hay guantazos para todos, porque todos se merecen los guantazos en un momento dado. Se lo merece el comerciante avaricioso, se lo merece el gobernante o el que pretende gobernar... Es necesario decir todo lo que no se dice y en un tono satírico e hilarante, sacando punta a todo, aunque sin ser faltones, que creo que no lo somos”, explica Pedro Wichard Barrantes.

El director del fanzine, que en su vida ha hecho “un poquito de todo”, no lo dudó cuando el proyecto de la revista fue tomando forma. Su vocación fanzinera se convirtió en un reto más en la diversidad de actividades de un creador que no sólo ha sido bibliotecónomo sino también vocalista y letrista del conocido grupo rockeroDarkSound e incluso speaker de la famosa murga carnavalera Los Niños.

Formato de libro

La intención de la publicación es, según Pedro, hacer reaccionar a Badajoz y para ello se intenta estructurar un grupo de colaboradores que le otorguen la continuidad que no tuvieron otras revistas que la precedieron. En ese sentido, se ha obviado la opción de hacer una publicación digital (aunque cada vez hay más gente que se la reclama) y se ha optado por el formato de libro, que otorga a Barrantes las viejas sensaciones del tacto del papel, la perspectiva de lograr algún día una colección representativa de una época de Badajoz y, tal vez, el viejo prestigio de la letra impresa.

Y un inconfesado deseo de inmortalidad, hoy que las publicaciones y todo“ pasan tan rápido” y “nada queda”.

La portada del Barrantes es otro de los elementos fundamentales del proyecto editorial y no tiene un creador fijo, porque se responsabilizan de ella colaboradores diferentes. La del primer número era toda una declaración de intenciones, presentando una identificación evidente entre la imagen del tío Sam y el Porrina de Badajoz, todo ello bajo un dibujo de la corona de la patrona de la ciudad.

Las aproximadamente veinticinco personas que aportan sus artículos de creación a esta revista disimulan sus identidades adoptando todos el apellido Barrantes, no se sabe bien si en homenaje a don Vicente o creando una especie de máscara literaria similar a la de Anonymus, capaz de igualarles a todos en la idea de un grupo fundido en una tarea común.

Píldoras

Barrantes tiene un bloque dedicado a la creación, otro al humor y un tercero destinado a la sátira y conserva el apartado de 'Las Píldoras' como cabecera de una sección. Sale cada dos meses.

Ahora se plantean como reto encontrar los rastros que queden de aquellas viejas 'Píldoras' que editó don Vicente en los albores de su carrera pública. En el Monasterio de Guadalupe parecen haber encontrado los que serían los únicos ejemplares que se conservan de aquella edición, unos números que pertenecieron a la biblioteca personal del escritor. El gran deseo de los barrantes es ahora poder acceder a ellos.

A buen seguro que don Vicente se sentiría muy reivindicado con esta historia .

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