Aunque siempre se ha dicho que es bueno empezar con buen pie cualquier reto, a veces lo importante es terminarlo... con un buen calcetín, una prenda a la que le han dedicado tres años de trabajo investigadores de la Universidad de Extremadura para que permita reducir la fatiga y otras molestias.
Los calcetines logrados, creados por podólogos atendiendo a principios biomecánicos, mejoran el apoyo del pie y optimizan la pisada, gracias a que incorporan acolchados estratégicos que facilitan el desplazamiento, dan mayor descanso muscular al pie, aportan estabilidad y reducen la sensación de fatiga, pie abierto y molestias diversas.
Tres años de estudio y labor concienzuda han permitido a cinco investigadores de Biomecánica y Ortopedia del Pie de Extremadura (Biopiex) de la Universidad de Extremadura, adscrito al Centro Universitario de Plasencia (Cáceres), han patentado estos calcetines y, además, han logrado ponerlos en el mercado gracias a una empresa.
Raquel Sánchez, Elena Escamilla, Beatriz Gómez y Juan Francisco Morán, coordinados por el profesor de Grado de Podología Alfonso Martínez, conforman este grupo de investigación, cuyo trabajo ha terminado con buen pie: del laboratorio al mercado.
Primero fue la idea, según han relatado a EFE; intentar poner en un calcetín elementos que habitualmente se incorporan en las plantillas, como son diferentes alturas -acolchados-, para acomodar el pie en una mejor posición, darle descanso y evitar las molestias y dolores que sufre una parte importante de la población. “Esto era algo que no se había hecho nunca en un calcetín y tampoco sabíamos si era viable, por lo que ideamos una patente, la cual fue aceptada tras ser registrada por la Universidad de Extremadura”, ha explicado Alfonso Martínez.
El segundo paso era fabricarlo, “pero nosotros -añade- no teníamos la manera de hacerlo”, por lo que los investigadores presentaron su idea a la empresa Podoks, un fabricante de calcetines deportivos. En un trabajo conjunto lograron desarrollar un prototipo de calcetín terapéutico que cumplía con las expectativas del grupo Biopiex. El producto, que fue testado en el propio Centro Universitario de Plasencia con muestras repartidas entre la población, “funcionó”. “Ya que hemos comprobado que la presión plantar, es decir, cuando apoyas el pie, cambiaba a mejor con el nuevo calcetín”, ha expuesto el coordinador del proyecto.
Pies más descansados
Martínez ha llamado la atención ante el hecho de que el uso de estos calcetines biomecánicos “no sustituye a un tratamiento médico, pero sí es cierto que con una prenda que usamos prácticamente a diario se puede ayudar a que el pie esté más relajado y descansado”.
Así, el calcetín con sello de calidad extremeño tiene localizado un elemento de desarga conformado por una zona acolchada en un sector central de su cara plantar coincidente con la parte de apoyo delantero del pie o antepié. Dicha zona acolchada, con forma de cuña, presenta una discontinuidad o abertura concebida para alojamiento de una o más prominencias óseas del pie, como por ejemplo una o más cabezas metatarsales, que requiera ser acomodada y/o aliviada de presión o carga.
De esa manera, las zonas anatómicas plantares que permanecen en contacto con la zona acolchada del calcetín mantienen el contacto con el suelo a través de dicha zona acolchada, por lo que la prominencia ósea comprometida queda ligeramente elevada respecto del suelo, contactando con menor intensidad y reduciendo la presión a la que se ve sometida. “El modelo específico que hemos inventado en la Universidad de Extremadura está concebido para relajar el pie y producir la descarga metatarsal y con eso lo que hacemos es ganar en comodidad y aliviar el dolor de pies”, ha destacado.
“Creemos que hay un nicho de mercado para nuestro invento, lo que significa que todo el apoyo económico que nos ha dado la Universidad de Extremadura retornará a través del acuerdo con la empresa”, ha añadido.