La campana-bomba de Zarza Capilla y la historia del gran bombardeo alemán
Durante décadas el repique de campanas de Zarza Capilla sonó con tonos bélicos. Hasta mediados de los años 60 la llamada de la iglesia de este pueblo de Badajoz retumbó con una campana-bomba de 250 kilos.
Se trata de un artefacto de guerra que no estalló, y que sustituyó a la campana de bronce confiscada por la República para ser fundida y convertida en fusiles.
Es una muestra más de la historia del municipio, ligada por completo a la contienda. En el verano del 38, coincidiendo con la Batalla del Ebro, Zarza Capilla se convirtió durante semanas en primera línea del frente de La Serena.
A comienzos de septiembre las casas y calles recibieron multitud de bombas de 10, 50 y 250 kilos por parte de aviación alemana. Buena parte de la población había sido evacuada, pero el pueblo quedó divido en dos por el asedio y la destrucción.
Se creó Zarza Capilla la vieja y la nueva, en un intento del régimen de levantar un nuevo símbolo de reconstrucción a través del organismo franquista de Regiones Devastadas. Sus planes no dieron los resultados esperados. El vecindario se empeñó en recuperar sus casas. Muchos también marcharían años más tarde por la emigración.
Así lo explica la Asociación para el Estudio y Recuperación del Patrimonio bélico reciente “Frente Extremeño”. Realiza un estudio documental y arqueológico de toda la línea del frente y las trincheras en La Serena. Allí la guerra se prolongó casi hasta el final de la contienda y las trincheras de vanguardia y retaguardia extendían sus estribaciones kilómetros arriba, hasta la provincia de Cáceres.
La tarde del gran bombardeo
Zarza Capilla fue escenario de ofensivas y contraofensivas constantes. Con el inicio de setiembre de 1938 llegó la más dura de todas. La que protagonizaron los sublevados de Franco con un asedio alemán que duró apenas media hora. Con dos pasadas aéreas al atardecer, en la que desplegaron una treintena de naves.
Con este gesto querían mostrar su superioridad. Con un ejército profesional, armado y preparado para el combate desde puestos aéreos y terrestres. Mermaron las fuerzas de los republicanos, en una clara situación de inferioridad, sin la presencia de medios terrestres.
Hay constancia de que las fuerzas aéreas franquistas llegan desde Cataluña en agosto del 38, y que se trataba de aviones alemanes. Probablemente partieron desde el aeródromo situado en Calzadilla de los Barros (Badajoz), explica Antonio López, miembro de la asociación.
Primera línea de combate
Los documentos consultados por la asociación de memoria histórica apuntan a que no hubo grandes pérdidas humanas entre la población civil. No hubo el interés de castigar a los habitantes, algo que sí ocurrió en el asedio de localidades cercanas, como en Don Benito.
Buena parte de los vecinos y vecinas habían salido de manera voluntaria ante la amenaza. Se sumaron a la evacuación de principios de agosto, hacia el norte de la provincia y hacia Ciudad Real. Otros se pusieron a resguardo en fincas particulares, donde también se escondían las tropas republicanas.
El pueblo pasa a ser la primera línea de guerra en el momento en que se gesta una ardua disputa por hacerse con el control de La Serena. Los franquistas logran su dominio el 14 de agosto a manos del 11 regimiento de Castilla, bajo el mando del golpista Ernesto Navarrete Alcal. El objetivo de seguir avanzando hacia Peñalsordo.
Pero fue el único pueblo recuperado por el ejército republicano de la 28 División, gracias a una contraofensiva llevada a cabo el 22 de agosto. De nuevo llegó la respuesta, con el tristemente famoso asedio franquista. El pueblo volvía a ser bombardeado y ametrallado con dureza.
De ello da buena fe el oficial de enlace del arma de aviación del ejército republicano. Detalló en un informe, datado el 2 de septiembre que una docena de bombarderos franquistas, seis trimotores Junkers y seis bimotores Junkers volaron protegidos por dieciocho Heinkel. Hasta 30 aviones a los mandos de los alemanes.
La fuerza aérea republicana, sin precisar el número, hizo frente al ataque perdiendo dos bombarderos y un caza. Aunque logró abatir a un bombardero y a dos cazas franquistas, según queda constancia en el documento al que han tenido acceso.
La Batalla del Ebro y La Serena
Hay que entender este combate dentro del contexto de la batalla del Ebro, donde las posibilidades de defensa de los republicanos eran inferiores. El investigador Antonio López interpreta que puede hablarse de una estrategia para desviar la fuerza franquista por parte de los republicanos. Pensando en la posibilidad de distracción. Y por tanto aportando al frente extremeño un protagonismo secundario dentro de la contienda.
A los sublevados les preocupa el retroceso de su línea y desvían importante material a la comarca. Pero se añade un tercer componente, y por ello no menos importante: por allí transita la carretera hacia Almadén, donde estaban las minas de mercurio.
Era un mineral esencial para la aviación, y queda claro el interés por el control de la zona. Las prospecciones que han realizado hasta el momento confirman que era una zona muy fortificada. En la vecina localidad de Capilla ha sido localizada por ejemplo una impresionante doble línea de trincheras. Algo llamativo, si se tiene en cuenta los trabajos meramente ornamentales que caracterizaron a otras.
Se suma el control de Cabeza del Buey, el ‘status quo’, la última capital de la República de La Serena, que finalmente cayó el mes de agosto.
Es una zona rica en más minerales. Las localidades de Valle de la Serena, Castuera o Campanario disponían de yacimientos de wolframio. La fiebre del “oro negro” convirtió a Extremadura en una pieza clave en la carrera armamentística de Hitler.
El régimen de Franco adquirió una singular relevancia al poseer, junto con Portugal, las explotaciones más ‘asequibles’ para los nazis, y en esta comarca extremeña se concentraba un importante yacimiento. Fuente de suministro para la fabricación de tanques y proyectiles. Usado en todo tipo de armamentos, para balística y el blindaje.