Aulas vacías y plazas y plazas llenas. Así transcurrió este miércoles la jornada de huelga educativa en Extremadura, a la que se unieron miles de estudiantes y que resultó ser mucho más concurrida que otras convocatorias anteriores.
Fue un día reivindicativo con actos a lo largo de toda la región para mostrar su rechazo a la LOMCE y para reclamar la paralización de las pruebas de la reválida en Secundaria y Bachillerato.
Las estimaciones del sindicato CCOO apuntan a un seguimiento en la región del 96 por ciento por parte de la la comunidad educativa, mientras que la Junta lo sitúa en el 80 por ciento.
Una participación muy elevada que “demuestra que la ciudadanía y la comunidad educativa muestran un rechazo total y absoluto contra la LOMCE y las reválidas” según destacó la Junta de Extremadura.
Por las calles, mensajes en defensa de una educación pública con lemas como “Esta ley, la vamos a parar” o “Educación secuestrada, población domesticada”. A las concentraciones convocadas por sindicatos y organizaciones estudiantiles le siguieron asambleas y debates sobre Filosofía y el futuro de la educación en las plazas y calles de Extremadura.
“Una ley injusta”
“Pertenecemos al sistema educativo y sin embargo no se nos ha consultado, para imponernos una ley injusta. Nos toca protestar y mostrar que no queremos una educación elitista”. Esta es la reflexión de Celia, una joven de 2º de Bachillerato de Mérida que sumó junto a otros miles de jóvenes a la protesta estudiantil contra la LOMCE y la reválida.
Una norma que según critica viene acompañada de la reforma del 3+2 del currículum universitario, que obligará a los y las estudiantes a realizar un máster, lo que encarece su formación y fomenta una educación elitista a su juicio.
“Una ley injusta, impuesta, en la que nos quitan horas de Filosofía y mantienen las de Religión, porque no quieren que los jóvenes piensen. Es algo totalmente ilógico”, destaca.
¿Qué pasa con la reválida?
En el ambiente entre los estudiantes de 2º de Bachillerato asistentes a la protesta, mucho enfado en torno la reválida. Es el curso previo a la universidad y a día de hoy, ante la incertidumbre de no tener noticias de cómo será la reválida, sigue sin haber noticias claras tras el decreto aprobado por el PP el pasado verano.
Precisamente la protesta de este miércoles tenía como objetivo poner freno a la reválida, y que los exámenes en Secundaria y Bachillerato no entren en funcionamiento este curso. Para las organizaciones convocantes sería una ‘pequeña victoria’ frente a la Ley Wert, porque de momento sigue funcionando.
En todo caso, para lograr su derogación en el Congreso (hace falta una nueva ley orgánica que sustituya la anterior) se habla de un mínimo de medio año.
En torno a las reválidas Amanda Toro, de la Asamblea Educativa de Cáceres, señala que “ningún estudiante se puede quedar fuera del sistema educativo”, algo que está en riesgo --dice-- con las evaluaciones de la LOMCE.
Para los estudiantes cacereños la LOMCE, el 3+2 y los recortes en materia de becas y docentes “hacen insostenible una educación pública de calidad”.
El portavoz del Sindicato de Estudiantes, José González, ha hecho una llamada a la movilización para impedir el Decreto que instaura las reválidas, las cuales suponen el regreso de “la educación del franquismo”, en la que “sólo los hijos de los ricos podían acceder a unos estudios de calidad”.
Por su parte el representante de la Plataforma en Defensa de la Educación Pública, Francisco Jiménez, ha indicado que la reválida “es un brazo más de la LOMCE que ha destruido la calidad y equidad del sistema educativo”.
Jiménez ha remarcado que la propia palabra reválida “nos retrotrae a un sistema educativo de hace 40 años, cuando esas pruebas hacían que ”sólo tres de cada 100 alumnos que empezaban Primaria llegaban a la Universidad“.
Ismael García, de la Coordinadora Estudiantil de Badajoz, ha afirmado a EFE que el rechazo a las pruebas finales o “reválidas” que fija la LOMCE al acabar cuarto de la ESO y segundo de Bachillerato es “absolutamente mayoritario”.
Las reválidas también cuentan con el rechazo de la Federación Extremeña de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Centros Públicos (FREAPA-CP), cuyo presidente, Joaquín León, entiende que son obstáculos que se ponen a los alumnos y que lo que hacen es “segregar al alumnado”.
“Son pruebas que se hacían hace 50 o 60 años en España, que no se hacen ahora en los países europeos”, ha censurado León, para quien, además, estas pruebas van en contra de la propia LOMCE que “defiende la evaluación continua del alumno, de tal forma que no se la tenga que jugar en una sola prueba de dos días”.
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales y la Unión Joven de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA Joven) también han manifestado su apoyo a las reivindicaciones de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública.
A su juicio las consecuencias negativas de estas pruebas se harán sentir incluso más en el medio rural, pues los estudiantes que viven en este medio ya son especialmente vulnerables debido a la falta de recursos que les afecta específicamente, como el cierre de escuelas, falta de profesorado, problemas en el transporte y marginación en la asignación de becas.