El consejero de Sanidad de Extremadura, José María Vergeles, ha cuestionado este martes la ética de negar la segunda dosis de la COVID-19 a los cargos políticos y públicos que se han vacunado en la primera fase de la campaña, aunque ha subrayado que el Sistema Extremeño de Salud (SES) ha sido “muy estricto” en el plan de vacunación.
Vergeles ha considerado que la propuesta de otras comunidades autónomas de negar a estas personas la posibilidad de completar el proceso de inmunización es “una especie de castigo” que llevaría a cometer “dos errores: haber dejado que esas personas se vacunen y el segundo sería perder esas dosis porque de aquí a verano esas almas se tendrán que vacunar, digo yo”.
Por ello, el responsable de Sanidad de la Junta ha invitado a ser “más sensatos y reflexivos” a la hora de tomar de decisiones y ha manifestado que se trata de una cuestión que tendrá que consultar con los asesores de Salud Pública y bioética.
Vergeles también ha defendido la vacunación de algunos cargos públicos del PSOE porque, además de ser concejales y alcaldes sin sueldo por esas funciones, “tienen la desgracia de trabajar en residencias de mayores, porque de algo tienen que trabajar, y la desgracia de que la vacunación haya comenzando con los usuarios y empleados de esos centros”.
El consejero ha tirado de ironía al proponer que “aquellos que se dedican a levantar el runrún” sobre las vacunaciones irregulares adviertan a la Agencia Española del Medicamento que incluya entre las contraindicaciones la afiliación política a algún partido.