Los centros educativos extremeños habían conformado un amplio banco de libros que permitían a las familias con los bolsillos más ajustados aliviar el coste que supone la vuelta al cole. Hasta 300 euros entre libros y material.
Pero la LOMCE y su implantación han traído ‘debajo del brazo’ consigo un aspecto del que se habla poco, pero que los padres y madres notan nada más comenzar las clases.
El tercer año de aplicación de la Ley Wert culmina con los itinerarios formativos de cuarto de la ESO y las evaluaciones finales de Secundaria y Bachillerato. Es decir, cambios que como en años anteriores dejan inutilizables una buena parte de los fondos de libros conformados en los centros públicos.
Así lo denuncia Juan Viera, de la Asociación en Defensa de lo Público, que apunta al daño que se genera a las familias con menos recursos. Aunque la Junta destina un importante presupuesto a becas y material para los centros, el colectivo advierte que habrá familias con dificultades que se quedarán fuera. Se trata a su juicio de un negocio donde quienes ganan son las editoriales, y quien pierden las familias de la mano de la nueva ley educativa.
Comparten esta idea los Campamentos Dignidad de Extremadura, que afirman que las becas no terminan de cubrir a todas las familias que lo solicitan. A lo que suman que son bolsas que no llegan de manera inmediata y pueden demorarse.
Gratuidad completa
Para la Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Centros Públicos (FREAPA) el modelo al que hay que aspirar es el de la gratuidad de todos los libros en las enseñanzas obligatorias. Para becados y no becados. Pues se trata de una educación universal y gratuita, apunta Joaquín León, presidente de la federación. Se refiere así a los bancos de libros como herramienta de buenas prácticas y como modelo de seguir.
Sobre esta cuestión la Asociación en Defensa de lo Público aboga por ampliar la gratuidad también en las enseñanzas postobligatorias. Un modelo que funcionaba y cogía forma con los bancos de libros en la región, y que la LOMCE ha neutralizado según denuncia.
En cuanto al modelo de enseñanza, aboga por que los docentes hagan un esfuerzo y programen sus clases con materiales alternativos, trasladando a los alumnos y alumnas las mismas enseñanzas sin esos libros.
Es decir, sustituir el libro por otros programas de trabajo, aprovechando todas las herramientas de las que disponen las aulas. Sobre la mesa, nuevamente pone el debate de las ganancias que las editoriales se llevaban.
En las enseñanzas superiores el gasto depende del profesor y del modo por el que opte para impartir su asignatura. Explica Amanda Toro, de la Asamblea Educativa de Cáceres, que gracias al Campus Virtual son muchos los y las docentes que cuelgan los apuntes con el consiguiente ahorro. Un manual puede alcanzar el precio de 100 euros.
“Pero no todos, ni mucho menos la mayoría, lo hacen. Y además se les obliga a recomendar un manual, que a veces se usa y a veces no, pero ya es un gasto bastante potente”, explica esta alumna.
De modo que aunque es cierto que en las enseñanzas universitarias se compra menos, los precios del material en este nivel son superiores a las enseñanzas medias. A su juicio las trabas y el gasto de asumir el coste de libros y material pueden achacarse a que las editoriales quieren hacer 'negocio' a costa de la escolarización, mientras que en las enseñanzas universitarias lo interpreta como las dificultades que se ponen al conocimiento superior.