Los investigadores de la Guardia Civil observaron que insertaban anuncios de venta de teléfonos y videoconsolas en páginas de compraventa que posteriormente no enviaban a los compradores. Detectaron más de 500 que se repetían con cambios de usuario y ubicación.
La existencia de denuncias por hechos similares en todo el territorio nacional les llevó a sospechar que podría tratarse de anuncios con fines delictivos, llegando a la conclusión de que se trataba de un grupo de estafadores organizados que actuaban en España de forma piramidal.
Así actuaba la banda
El cabecilla se encargaba de insertar los anuncios en páginas web y aplicaciones móviles de compraventa de segunda mano y del trato directo con las víctimas. En un segundo nivel estaban los que se dedican a captar a jóvenes a los que se paga cierta cantidad por facilitar un número de teléfono y una cuenta bancaria así como de retirar lo antes posible el dinero que ingresan las víctimas a través de cajeros automáticos.
Este último grupo cambiaba constantemente para tratar de no dejar rastro y despistar a las fuerzas y cuerpos de seguridad. El reparto de las ganancias también se adaptaba a esta estructura piramidal.
Finalmente se consiguió identificar y detener a la mayor parte del grupo de estafadores, en su mayoría eran vecinos de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Esto permitió esclarecer diez hechos delictivos, así como el cese de la actividad de la banda.