Un total de 374 presos de ETA o de organizaciones vinculadas con la banda terrorista se encuentran actualmente internos en cerca de 70 prisiones de España y Francia, de los que doce permanecen en centros penitenciarios de Extremadura.
Según los últimos datos de los que dispone la asociación de familiares de reclusos Etxerat, actualizado con fecha 1 de julio, tres de estos presos disfrutan de un régimen de “prisión domiciliaria” por estar “gravemente enfermos”.
De los 369 restantes, un total de 289 reclusos de la organización terrorista cumplen sus penas en cárceles españolas, de los que nueve están en la prisión de Badajoz y tres en la de Cáceres.
Además el último informe cuantitativo elaborado por Etxerat cifra en 80 el número de condenados por terrorismo que cumplen sus condenas distribuidos en más de 20 penales franceses.
Retorno al País Vasco
La mayoría de los presos que se encuentran en España -unos 200- están cumpliendo condenas a más de 500 kilómetros del País Vasco y de ellos medio centenar están ingresados en cárceles situadas a más de 1.000 kilómetros, aunque actualmente no queda ningún recluso vinculado con ETA en las cárceles de Canarias.
La asociación Etxerat precisa además que son 10 los presos que figuran en su lista de “enfermos graves”, que encabeza el exdirigente etarra José Luis Arizkuren Ruiz, alias “Kantauri”, con patología cardíaca y que cumple su condena en la cárcel de Murcia II. Además del exjefe de ETA, el listado de presos gravemente enfermos incluye a Garikoitz Arruarte, Jagoba Codo, Iñaki Etxeberria, Ibon Fernández Iradi, Gorka Fraile -en Badajoz-, Aitzol Gogorza, Ibon Iparragirre, José Ramón López de Abetxuko y Jesús Mari Martín Hernando.
El retorno de todos estos reclusos a cárceles del País Vasco y la excarcelación de los enfermos constituye una reivindicación histórica de todas las organizaciones de la izquierda abertzale, respaldada por los partidos nacionalistas vascos.
Tras la ilegalización de organizaciones como Gestoras Pro Amnistía o Herrira, el testigo de la reivindicación ha pasado al colectivo Sare, que nació con la intención de contar con una base social más amplia, que se extendiera más allá de la izquierda abertzale, y cuyo portavoz principal es el exconsejero vasco de Justicia Joseba Azkarraga. Una vez concluida la violencia de ETA, la cuestión de los presos se ha convertido un foco de tensión en el seno de la izquierda abertzale.
Las discrepancias respecto a la estrategia que seguir para lograr el objetivo de la excarcelación de los presos de ETA ha provocado el nacimiento de una nueva organización, el Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión, enfrentado a la izquierda abertzale oficial que encarna el partido Sortu.