Extremadura ha decidido prorrogar las restricciones que ya están en marcha y ampliarlas a más localidades. El cierre del comercio y la hostelería, que afectaba a las localidades de más de 5.000 habitantes, se amplía ahora a las mayores de 3.000, dado el incremento de la incidencia de la COVID-19 en estos municipios, según ha explicado el consejero de Sanidad, José María Vergeles.
Esta medida, que entra en vigor este jueves, tendrá una vigencia de 14 días, aunque se revisará la próxima semana, al igual que el aislamiento perimetral de todas las localidades, que el consejo de gobierno de la Junta ha decidido prorrogar.
Vergeles ha asegurado que, pese a las elevadas cifras diarias de contagios, por encima del millar de casos, las medidas que se pusieron en marcha a principios de año “están dando resultados positivos” y la incidencia acumulada de la COVID-19 en Extremadura “lleva dos días consecutivos disminuyendo”.
Según el consejero, en la mayoría de las localidades donde ya se aplica la clausura de los bares y tiendas, “la tendencia comienza a ser a la baja, puesto que la incidencia a los 7 días casi es del 50% respecto a los 14 días”. No obstante, según datos del Ministerio de Sanidad, la incidencia en la región es superior a los 1.400 casos y casi dobla a la media nacional.
Por ello, el responsable extremeño de Sanidad ha descartado el adelanto del toque de queda, que además no ha salido adelante en el Consejo Interterritorial de Salud, por lo que seguirá a las 22 horas.
Además, cuestionado sobre la posibilidad de unirse a las regiones que han solicitado un confinamiento domiciliario, Vergeles ha rechazado esta opción porque “si se confirman las tendencias” no será necesario.