La Comunidad con menor número de solicitudes de refugio se prepara para el aluvión sirio

Esmeralda Torres

Extremadura es una comunidad poco propicia para acoger a solicitantes de asilo político. Así lo demuestran los datos que recoge el Ministerio del Interior en su anuario estadístico de 2014. En la distribución de las 5.477 solicitudes de protección internacional presentadas en España el pasado año tan sólo cinco fueron a parar a la región, las cuales se asignaron en pisos compartidos con familias particulares de la provincia de Cáceres.

El motivo de esta cifra es la ausencia de centros de acogida desde que la sede de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Mérida, y dos espacios asociados al Centro de Atención a Inmigrantes y Acciones para la inserción (CEPAIM) de Navalmoral echasen el cierre. La disminución de presupuestos por parte del Gobierno central fue la razón principal por la que ambas asociaciones se vieron obligadas a tomar esta decisión hace cinco años, en el 2010. 

 

La sede emeritense de CEAR abrió sus puertas en 2002 con una capacidad de unas 40 plazas. Ocho años después decidió cerrar ante la reducción de plazas que los recortes presupuestarios les imponía, explica el que fuese director del centro Javier Segura. Durante ese tiempo, la asociación asistió a más de 900 refugiados provenientes de distintos países, como Bosnia, Rusia, Afganistán y Colombia.

Entre otros cometidos esta institución les gestionaba todo tipo de trámites legales con la Administración y les enseñaba el idioma facilitando su inserción en la sociedad y  el mundo laboral. Es por ello que la Plataforma de Refugiados de Extremadura pide su reapertura urgente con motivo de la próxima llegada de centenares de asilados, así como el incremento de ayudas económicas a CEAR en el manifiesto presentado en Mérida la pasada semana.

CEPAIM Navalmoral, dos años como refugio

Desde su fundación en 2008, CEPAIM Navalmoral también disponía de espacios dedicados a la acogida de inmigrantes y refugiados. Dos centros asociados con un total de 21 plazas dieron amparo a un centenar de personas durante dos años, hasta que en 2010 y también a causa de la reducción de las ayudas del Gobierno tuvieran que cesar sus servicios. A pesar de que principalmente albergasen a inmigrantes que llevaban más de tres años en España en situación irregular, igualmente contaron con algunos casos de asilo político, como un chico africano y una familia ucraniana.

Según indica el coordinador actual de CEPAIM Navalmoral, Mehrad Alizadeh, durante tres meses trabajaban su inserción sociolaboral prestándoles asesoramiento jurídico y ayuda para aprender el idioma y encontrar empleo o escolarización.

Recientemente han presentado al Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata y a la Junta de Extremadura un documento en el que se recogen todos los recursos con los que cuenta este centro a fin de prestar ayuda ante la llegada de los refugiados sirios. Además, Alizadeh confiesa que no descarta la reapertura de estos centros asociados. “Estamos negociando las posibilidades para ampliar la capacidad y dar alojamiento”, revela el coordinador, “todo depende de la aportación económica del Ministerio del Interior”.

La necesidad de estos centros

Este tipo de espacios ofrece asilo a los refugiados desde el momento en el que presentan la solicitud de protección internacional en el Ministerio del Interior. La aceptación de estudio de dicha instancia, que se da en menos del 50% de los casos según indica Segura, supone su continuidad en estos lugares, pudiendo permanecer en ellos hasta un año y medio.

Ante la utilidad de estos espacios, distintos colectivos sociales, entre ellos la Plataforma Refugiados Extremadura, reclaman a los consistorios extremeños la apertura de centros de acogida utilizando edificios públicos existentes, como albergues o espacios para transeúntes.