Extremadura ha pasado en una semana de flexibilizar todas las medidas dirigidas a la hostelería a tomar decisiones cada vez más restrictivas en plenas fiestas navideñas. El Consejo de Gobierno se ha reunido este martes de forma extraordinaria para decidir el cierre de los negocios de hostelería y restauración desde las 18 horas hasta las 20 horas en las tardes de Nochebuena y Nochevieja.
Esta medida se toma después de que el lunes la incidencia acumulada en Extremadura se situara en 280,13 casos por 100.000 habitantes a los 14 días, la tercera más elevada del país, por detrás de Baleares y la Comunidad de Madrid. Además, la tasa de positividad se situó en el 11,22%, también la tercera más alta del país.
El consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha explicado que con esta decisión se pretende controlar las aglomeraciones que los días 24 y 31 de diciembre se producen “alrededor de los locales de hostelería”, sobre todo, ha dicho, en algunas ciudades de la región donde es “tradicional”salir de cañas´.
Vergeles ha insistido en que las medidas que se adoptan buscan conjugar la protección de la salud con el desarrollo social y económico, por lo que, permitiendo la apertura hasta las 18 horas, los bares y restaurantes “podrán dar comidas y asegurarse de que no se alarguen las sobremesas”. En este sentido, el titular de Sanidad ha indicado que los empresarios del ocio “no pueden convertirse en vigilantes de sus propios negocios”.
De esta forma, además, se atiende a la preocupación que han manifestado en los últimos días algunos alcaldes de Extremadura, como el cacereño Luis Salaya, que este lunes pidió públicamente a sus vecinos que prescindieran de salir de cañas en estos días y anunció un refuerzo policial en la calle para controlar una situación que se prevé “complicada”.